Una eficiente estrategia sanitaria en la cría de ganado caprino y ovino debe considerar una correcta calendarización. Este programa debe estar planteado tomando en cuenta los modos de explotación comercial que se manejen en esa granja o criadero, así como también considerando el registro de casos que se tengan acerca de ciertas enfermedades en esa zona geográfica.
Nada mejor que la prevención para garantizar un aumento en la producción o para asegurarnos que se consigan productos de una mayor calidad de acuerdo con los recursos con los que se cuenten en la granja. De manera que, adoptar medidas de prevención adecuadas para garantizar la salud y el buen desarrollo físico de las ovejas y cabras disminuirá los costos de producción y permitirá a un emprendimiento pecuario tener una mayor competitividad.
La importancia de la vacunación en los animales de granja
De modo que son esenciales los protocolos de vacunación, mismos que deben ser personalizados de acuerdo con las características específicas de cada granja o de cada criadero y la incidencia de determinadas enfermedades en la región donde se encuentre tal explotación.
Ahora bien, tras haberse llevado a cabo el parto las crías de ovejas o cabras se ven obligadas a encarar un entorno muchas veces hostil desde una perspectiva sanitaria. Casi siempre estos espacios polucionados se encuentran colmados de microorganismos. Así entonces, de no tomarse las medidas adecuadas, en especial en lo referente a la prevención, existen muchas posibilidades de que estos factores tan negativos causen una gran mortalidad en nuestros ejemplares.
Capacidad inmune en los corderos y cabritos
Y si bien tanto los corderos como los cabritos nonatos tienen la capacidad de desarrollar ciertos mecanismos inmunológicos de manera natural, esta resulta bastante limitada por la poca madurez de su organismo. Esta condición retrasa el accionar de los mecanismos de protección indispensables para encarar a los numerosos microorganismos capaces de afectar a nuestros ejemplares.
Por lo que se refiere a los rumiantes de una granja o criadero, se trata de animales con una circunstancia corporal muy particular. En este caso, cuentan con una placenta de cierta clase que complica en buena medida la transferencia de anticuerpos desde su madre durante su periodo de gestación. Así entonces, resulta casi nula la inmunidad pasiva por vía transplacentaria en las crías de rumiantes.
Cuidados sanitarios de ovinos y bovinos en las granjas
Por lo consiguiente, si no se lleva a cabo una vacunación en tiempo y forma de los cabritos y corderos hay muchas posibilidades de que se vean afectados por distintas enfermedades derivadas de la acción de agentes patógenos. Varios de estos microorganismos pueden ser inocuos para las madres, pero no así para las crías.
La meta principal de un programa de vacunación de ovejas y cabras debería de ser la transferencia pasiva de la debida inmunidad en los animales recién nacidos a través del calostro ofrecido por sus madres. En este sentido, es indispensable que el calostro que se les ofrezca a los cabritos sea de la mejor calidad. Para conseguir lo anterior, es básico que las madres se encuentren saludables, bien alimentadas y que hayan recibido las vacunas necesarias durante los 45 días anteriores al trabajo de parto.
Estrategias de vacunación y monitoreo sanitario en las granjas
De manera que, si bien la calidad del calostro es un punto indispensable de conseguir, la administración correcta del mismo a las crías es otro punto que debe ser observado. Las crías deben recibir el calostro en las primeras 24 horas tras haber nacido y en la cantidad correcta para que tengan una buena asimilación de los anticuerpos por medio de la pared intestinal. En caso de que los corderos o cabritos no tomen ese calostro o lo tomen cuando ya hayan pasado esas primeras 24 horas de su vida, toda la labor previa desarrollada con su madre no habrá sido fructífera.
A final de cuentas, para lograr una correcta vacunación de ovejas y cabras hay que observar algunos puntos esenciales, como, por ejemplo, aplicar las dosis correctas y siempre con la asesoría de un veterinario con experiencia. También se debe tener un adecuado conocimiento de la fecha de caducidad de las vacunas. De la misma manera, hay que usar la vía de administración aconsejada por los laboratorios dedicados a la fabricación del medicamento. También es importante que los animales que sean vacunados se encuentren en excelentes condiciones nutricionales y físicas.