En general, el hacinamiento es uno de los factores más significativos para la aparición de enfermedades en los animales de granja. Los ejemplares en las granjas de tipo industrial son asperjados o alimentados con poderosos pesticidas y medicamentos antibióticos.
Estos químicos se quedan en sus cuerpos y posteriormente llegan a los consumidores de esa carne, leche o huevos, lo cual deriva en graves afectaciones a la salud de las personas.
Las gallinas y pollos sienten y sufren más allá de lo que pudiera suponerse. Se trata de animales que tienen comportamientos sociales más complejos de lo que podría pensarse a simple vista.
Estas aves pueden identificar y recordar a por lo menos cien de sus compañeros y manejan más de treinta distintas vocalizaciones para comunicarse. Son animales con personalidad propia que aprenden con rapidez y tienen complejas relaciones sociales.
En este texto comentaremos más acerca de algunos de los problemas de salud más importantes en los animales de cría.
Corrales porcinos, la temperatura que deben tener
Un eficiente criadero de ganado porcino debe procurar que la temperatura de sus instalaciones sea la adecuada. El ambiente de los corrales debe mantenerse alejado tanto del calor como del frío excesivo. Para los ejemplares con un peso superior a los 70 kilogramos, la temperatura en sus habitáculos debe oscilar entre los 10 y los 25 grados centígrados.
Para la temporada estival, con el objetivo de proteger a los cerdos del calor extremo, conviene acondicionar los corrales con zonas para que los porcinos se refresquen, como áreas de lodo, sombra o con la instalación de ventiladores o aspersores.
Las instalaciones de una granja o criadero porcino debe incluir la ventilación indispensable para que la humedad no sea demasiado intensa. Cabe señalar que los cerdos son propicios a experimentar complicaciones en su sistema respiratorio en ambientes húmedos. Por último, hay que destacar la importancia que tiene que los cerdos puedan movilizarse libremente en los corrales, acondicionando las áreas donde se les mantenga para que los ejemplares puedan desplazarse sin problemas y sin empujarse entre ellos.
Conductas agresivas en el ganado bovino
Generalmente las conductas más agresivas en los animales de granja se presentan cuando acontecen sorpresivos eventos. Lo anterior implica que los bovinos suelen mostrarse tensos y violentos cuando se los coloca en circunstancias en las cuales no saben exactamente cómo comportarse o cuando se les manipula utilizando la fuerza bruta.
Tanto el desconocimiento como la novedad hacen que los animales se muestren reacios al manejo por parte del personal de granjas y criaderos. Una acción tan sencilla como pasear a los animales un par de ocasiones por los espacios de las explotaciones, antes de comenzar a trabajarlos, disminuirá los niveles de estrés futuro que podría experimentar una población bovina.
También es propicio mencionar que la ganancia de peso en los ejemplares que han experimentado altos niveles de estrés es hasta un cuarenta por ciento menor al de los ejemplares que no han experimentado tanto estrés. Tal diferencia en el estrés experimentado por ciertos animales con respecto a otros tiene que ver con el manejo y ciertas causas genéticas.
El riesgo de los endoparásitos en reses y vacas
Es tiempo de comentar acerca de los más riesgosos endoparásitos del ganado. En este caso destacan los Trematodos, gusanos planos parásitos que tienen una curiosa forma de hoja y que se concentran en los conductos biliares de los animales a los cuales afectan. En su periodo de máximo desarrollo, este parásito llega a medir unos cinco centímetros de longitud y un centímetro de ancho, por lo cual puede ser identificado fácilmente para poder ser extraído del bovino.
Por otra parte, una grave afección hepática en bovinos es causada por los parásitos pertenecientes al género Fasciola. Lo peor es que este problema parasitario también puede hacerse presente en otros animales y en los seres humanos.
Sin embargo, son los bovinos los más afectados por esta clase de endoparásitos, en especial en lo que se refiere al trematode, también conocido como “verme chato”. Este agente parasitario se concentra en los canalículos biliares del animal al que afecta. Estamos ante uno de los problemas de productividad y aprovechamiento bovino más frecuentes en granjas y graneros.