La dinámica que realizan los parásitos de las aves de corral puede derivar en variadas lesiones y problemas de salud para estos animales. Y si acaso su presencia no es detectada en tiempo y forma, las consecuencias de ello podrían llegar a ser devastadoras para cualquier granja o criadero. Hablar de un parásito es hacerlo acerca de cierto organismo, que puede ser vegetal o animal, que habita y se desarrolla en la superficie de otro organismo y que obtiene la mayor parte o todos los nutrientes que requiere de ese mismo ser que afecta con su presencia.
De acuerdo con lo anterior, es claro que los avicultores están obligados a impedir la propagación de parásitos en sus establecimientos. ¿Cómo se logra esta meta? Una medida pertinente es la de mantener un control de la humedad que se presenta en las instalaciones, otra más se refiere a respetar programas eficientes de bioseguridad, sin descartar la aplicación de remedios de tipo casero en los aviarios. También es imprescindible contar con el permanente apoyo por parte del veterinario para que nos asesore en la realización de periódicas desinfecciones, las cuales, aun cuando resulten severas, sean cien por ciento controlables.
Cómo combatir los parásitos de las aves de corral
Aunado a lo anterior, para mejorar la prevención contra parásitos en las aves de corral, es aconsejable que los avicultores adopten la medida de monitorear sus instalaciones de modo regular con el objetivo de identificar la presencia de cualquier parásito en las heces de gallos, gallinas, pollos, pavos, etc.
La limpieza de los aviarios, la utilización de prendas de ropa convenientes, la plena desinfección de instrumentos y herramientas, la separación de aves de acuerdo con su edad y la aplicación de cuarentenas cuando la situación lo requiera, es parte de lo que debe llevarse a cabo para mantener una excelente higiene en las instalaciones donde se mantengan a las aves de corral. De esa manera se logrará combatir eficazmente la proliferación de enfermedades parasitarias y también detener la secuencia de transmisión de los patógenos mencionados.
Importancia de la higiene en los aviarios
Conviene mencionar cierta clase de parásitos conocidos como parásitos internos o endoparásitos. Se trata de agentes patógenos que permanecen dentro del organismo afectado (habitualmente en su aparato digestivo, aunque también pueden hacerse presente en el sistema respiratorio del animal infestado) y que pueden dañar a aves de corral de cualquier edad. No obstante, suelen causar mayores estragos en los animales jóvenes. Algunos de los parásitos que más afectan a las aves de corral son las tenias, lombrices, coccidios, nematodos. Todos ellos tienen presencia en los intestinos de las aves de corral.
Es tiempo de comentar con más detalle acerca de la coccidiosis. Se trata de una de las enfermedades que más daños causan en las granjas y criaderos. Generalmente afecta a las gallinas y se acentuaba su presencia en las aves más jóvenes. Las gallinas enfermas por lo general exhiben lesiones y síntomas mucho más graves que en las aves adultas. Lo anterior se debe a que estas aves tienen una mayor resistencia a la actividad patógena de los coccidios.
Aunado a lo anterior, las aves que los granjeros y criadores han comprado y han llevado recientemente a los aviarios tienen una especial vulnerabilidad. Un factor que favorece esta circunstancia se refiere a las condiciones de intenso estrés que padecen estos animales durante la transportación.
El caso de la coccidiosis
La coccidiosis se transmite por vía oral, al, entrar en contacto con las heces, a través del agua y los alimentos que se encuentran en el agua y los alimentos o bien al entrar en contacto con alimentos que se encuentran en mal estado por la actividad patógena del mencionado microorganismo. Generalmente la enfermedad relacionada con la coccidiosis no ataca de manera individual a una gallina o pollo, sino que su campo de afectación incluye a todas las aves que se mantienen en un aviario.
Otro problema relacionada con la coccidiosis es que no es de sencilla identificación y por sus síntomas particulares suele ser confundida su actividad patógena con la que desarrollan otros agentes patógenos. De entre los síntomas estrechamente relacionados con la coccidiosis destacan la carencia de apetito, palidez extrema, plumas erizadas, disminución en la puesta de huevos y abundante diarrea, entre otros más.