Varias de las enfermedades porcinas más significativas son sencillas de detectar, aunque es indispensable que los criadores logren detectar en sus primeras señales las manifestaciones iniciales de cada una. De ese modo se lograrán tomar las medidas correspondientes para impedir el avance de este problema sanitario, el cual, en muchas ocasiones presenta un gran potencial de contagio, al grado de poner en riesgo la población entera de cerdos en esa granja o criadero.
En lo que sigue comentaremos cuáles son algunos de los principales males que afectan a los cerdos de una granja o criadero. Son enfermedades que se presentan con gran frecuencia en las explotaciones de ganado porcino.
La bronquitis porcina
Se trata de una inflamación de los bronquios ocasionada por la presencia de lombrices o gérmenes. También por los excesos de humedad, las camas húmedas, corrales poco aseados y otras condiciones que propician en los cerdos una intensa tos, fiebre, falta de apetito, respiración ruidosa y mucus nasal.
En este caso se deben suministrar medicamentos vermífugos, aunque esta tarea deberá ser realizada por personas experimentadas, veterinarios con la debida preparación. También es aconsejable aplicar inhalaciones expectorantes y ofrecerles leche a los lechones como alimento.
La peste porcina
También conocida como cólera porcina, esta enfermedad tiene un alto porcentaje de contagio. Por lo consiguiente se debe poner en revisión veterinaria a los animales afectados para que reciban un adecuado diagnóstico con total precisión y posteriormente reciban el tratamiento conveniente para su la recuperación de su salud.
La única manera en la que se puede atender la peste porcina es la aplicación de suero en los animales que resulten afectados. Como recurso preventivo conviene aplicar la técnica de suero-vacunación de los ejemplares.
Los casos de envenenamiento
Cuando se presentan casos de envenenamiento en los cerdos de una granja, estos pueden estar relacionados con la ingestión de plomo, sal, alimentos putrefactos, arsénico, etc. De entre los principales síntomas que se presentan con respecto a los casos de envenenamiento destaca el intenso dolor de vientre, diarrea y otros que pueden desembocar en muerte apresurada.
Para combatir este problema conviene cambiar al momento la dieta que se les ofrece a estos animales. También hay que aplicar una purga con sales de magnesia y suministrar un antídoto adecuado una vez que se haya detectado cual es el veneno que ha afectado a los ejemplares.
Los casos de hemorroides
Cuando se hace patente en el ano del animal una membrana rojiza, condición a la que también se le conoce como mucosa rectal retrovertida, se revela la presencia de este mal. Las causas que tiene este problema de salud son las inflamaciones o constipaciones del recto. Para remediarlo se le administran al cerdo alimentos con propiedades laxantes y también se le debe espolvorear la zona dañada con calcio y alumbre, cuando no se deba llevar a cabo un procedimiento quirúrgico por la avanzada etapa de esta enfermedad.
Indigestión porcina
Llegó el tiempo de comentar acerca de la indigestión porcina. Uno de sus principales síntomas es la falta de apetito, fiebre, flancos hundidos y constipación. Para estos casos, lo correspondiente es modificar la alimentación sometiendo esa comida a un proceso de licuado a lo largo de algunos días y ofrecer a los animales cierta cantidad de sales laxantes disuelta en la sopa obtenida.
Los casos de lombrices
A las lombrices se les denomina científicamente como Ascaris suis. Es identificable este problema de salud en los porcinos cuando la carne del ejemplar se pierde, la piel se observa como reseca, se percibe fiebre y el animal tiene caídas las orejas. De la misma manera, hay que ubicar a los animales afectados por las lombrices en ayunas durante medio día y posteriormente ofrecerle un medicamento antihelmíntico.
Parálisis porcina
Si bien la parálisis en los cerdos tiene causas que no son muy conocidas. Tal pérdida de control en los músculos puede deberse a la avitaminosis, es decir, a la carencia de ciertas vitaminas en su alimentación. Los machos exhiben un andar vacilante y la enfermedad es progresiva, en tanto que las hembras experimentan las afectaciones abruptamente y sus extremidades posteriores quedan imposibilitadas de movimiento. Lamentablemente no existe un tratamiento aún para atender la parálisis porcina. En cierta medida este mal está relacionado con la alimentación de los cerdos, de modo que es aconsejable no alimentar a los ejemplares solo con maíz.