Hay muchas enfermedades capaces de afectar la salud de los mininos y de los canes. En especial son frecuentes las enfermedades de origen bacteriano o vírico. Se trata de problemas infecciosos que se transmiten con gran facilidad y que si no se tratan convenientemente pueden tener letales consecuencias. Cabe señalar que el contagio de enfermedades como las que mencionaremos puede darse de dos maneras: directa o indirecta.
En seguida comentaremos con mayor detalle acerca de lo anterior.
Cómo se contagian las enfermedades infecciosas en perros y gatos
En lo que se refiere a las enfermedades infecciosas de perros y gatos que presentan un contagio de manera directa, la transmisión del mal acontece a través de los estornudos, la saliva y por lamer la piel que tiene contagio de partículas víricas. En lo tocante al contagio indirecto, resulta mucho más engañoso, en tanto que no existe manera de anticipar este problema. Por lo general se presenta al comer, beber, pisar o chupar residuos dejados por una mascota enferma.
Cuál es el periodo de incubación de enfermedades infecciosas en perros y gatos
Luego de un periodo de incubación que puede ser variable dan inicio los síntomas habituales, los cuales están más asociados a cierto agente patológico. Es entonces que el perro o el gato sufre de diarrea, vómito, lagrimeo, estornudos, tos, etc; dependiendo si la enfermedad afecta especialmente al sistema gastrointestinal o respiratorio. No obstante, también pueden presentarse lesiones de tipo neurológico como parálisis, pérdida del equilibrio, tics, convulsiones, parálisis, si los trastornos son nerviosos o cerebrales.
Cómo afectan a perros y gatos las principales enfermedades infecciosas
Es preciso tener presente que ciertas enfermedades como la rabia, el moquillo o la leptospirosis son capaces de afectar a distintos aparatos derivando todo ello en variados síntomas. Se trata de enfermedades que cuentan con un elevado índice de mortalidad y son muy complicados de curar. Es en este marco que la prevención cobra una importancia capital, teniendo como recurso principal la vacunación de perros y gatos. Habitualmente dejan lesiones que dejan huella incluso después de haber sido curadas las enfermedades que las propiciaron.
Así como sucede en el caso de los seres humanos, desde una temprana edad, animales de compañía como perros o gatos deben recibir las vacunas que les corresponden. De entre las enfermedades infecciosas que afectan a los perros y los gatos, destacan el moquillo, la rabia, el adenovirus tipo 1 y 2, en el caso de los canes y en el caso de los gatos, la calcivirosis, la rabia, la panleucopenia y la rinotraqueítis vírica.
La inmunidad de los cachorros ante las enfermedades infecciosas
Cuando un cachorro de perro o gato es amamantado por una madre que ha recibido en tiempo y forma sus vacunas, es sencillo que cuente con una protección de anticuerpos adecuada para mantenerse a salvo de las mencionadas enfermedades durante un periodo de 50 días aproximadamente. Tras haberse cumplido el mencionado periodo, el número de anticuerpos se reduce a niveles cada vez menos eficaces para fines defensivos y es entonces que se debe apoyar a los jóvenes animales en la preservación de su salud con la aplicación de las vacunas que les sean indispensables.
El peligro del moquillo en los perros
Como ejemplo de una de las enfermedades infecciosas más dañinas de nuestro tiempo, podemos resaltar al moquillo. Afecta especialmente a los perros. A inicios del siglo XX se pensaba que esta enfermedad era ocasionada por un virus relacionado con el sarampión que afecta a los seres humanos.
No obstante, en lo que se refiere al moquillo, el virus no afecta ni a los mininos, ni a los humanos. Los canes pueden contagiarse de moquillo a cualquier edad, especialmente en los meses iniciales de su vida. Lo que pasa es que los canes más jóvenes no han desarrollado a plenitud su sistema inmunológico y no han recibido las vacunas que les son indispensables.
Los síntomas relacionados con el moquillo se manifiestan en el perro con afectaciones a los sistemas digestivo y respiratorio. En caso de que el perro se haya contagiado a través del olfato, los trastornos principales se presentarán a través de catarro, flujo nasal, tos, respiración fatigosa y constante lagrimeo. En cambio, si el microorganismo ha sido ingerido se presentan en el animal una intensa diarrea, vómito y apetito escaso.