Al mencionar el término aves de compañía hacemos referencia a aves que se mantienen en jaulas, estando en un hogar y cuya crianza tiene un cometido completamente ornamental. Por lo general estas aves pertenecen al apartado de las paseriformes, mejor conocidas como aves de canto, como, por ejemplo, gorriones, pinzones y canarios. No obstante, también suelen ser criadas como animales de compañía aves psitácidas, reconocibles por su pico curvo, como es el caso de los periquitos australianos, loros, cacatúas y guacamayos.
Animales como los mencionados son propicios a transmitir enfermedades de tipo zoonótico, algunas de ellas de considerables consecuencias para la salud de las personas. Algunas de esas enfermedades relacionadas con el contacto con las aves de compañía son la tuberculosis aviar, la salmonelosis entérica uy la clamidofilosis.
En lo que sigue mencionaremos algunas características acerca de ellas.
El riesgo de contagio de clamidofilosis
A la clamidofilosis también se le conoce como la fiebre por loros. Se trata de una enfermedad derivada de la acción del microorganismo denominado Chlamydophila psittaci. En el continente europeo las aves que padecen más la clamidofilosis son los patos y los gansos y en América del Norte las palomas y los pavos. Por lo general, el contagio se produce cuando las personas entran en contacto con las heces o las secreciones nasales de las aves mencionadas. El portador puede llevar durante años en su cuerpo este patógeno sin que se manifieste. Cabe señalar que este germen consigue sobrevivir al secado de las deposiciones y flujos y puede permanecer en la ropa o en distintos objetos.
Quienes corren el riesgo de padecer más enfermedades como la clamidofilosis son las personas que tienen un frecuente contacto con las aves de compañía, los trabajadores de las granjas y empresas de despiece de pollos, los empleados de los parques zoológicos donde se cuiden aves, quienes frecuenten las tiendas de mascotas, e incluso los empleados de las aduanas en las que se reciben animales procedentes de otros países.
Las aves contagiadas de clamidofilosis experimentan tos, exudación nasal y ocular, diarrea y si no son tratadas pueden llegar a morir por este mal. En lo que se refiere a los humanos tras un periodo de incubación de cuatro a quince días pueden presentar diarrea, escalofríos, dificultad respiratoria, artritis, afectaciones genitales y conjuntivitis. El tratamiento veterinario dura aproximadamente 45 días e incluye el uso de clorotetraciclinas. En los humanos el tratamiento tiene una duración de unos veinte días.
Síntomas principales de la salmonelosis aviar
Otra enfermedad de las aves de compañía que suelen transmitirse a los humanos es la salmonelosis. Se han reportado casos en los cuales se ha presentado transmisión a las personas. Las aves que experimentan esta enfermedad padecen de diarrea, deshidratación, anorexia y enfermedades relacionadas como la osteomielitis y la septicemia. Las personas que corren más riesgo de enfermar de salmonelosis son aquellas que manipulan a estas aves, en especial cuando tienen contacto con las excrecencias de estos animales. Otra frecuente vía de contagio es la acción del ácaro Dermanyssus gallinae.
Tras un periodo de incubación de 6 a 72 horas, la salmonelosis se hace presente a través de vómitos, fiebre de mediana intensidad y diarrea. En ciertos casos la enfermedad suele complicarse dando lugar a fiebre de gran intensidad, septicemia, esplenomegalia e intensos dolores de cabeza. En casos extremos se pueden presentar infecciones en distintos órganos del cuerpo humano como los riñones, las articulaciones y el corazón.
Síntomas principales de la tuberculosis aviar
En lo que se refiere a la tuberculosis aviar esta suele hacer que los ejemplares contagiados se muestren desganados, deprimidos, con gran debilidad corporal y padeciendo intensas diarreas. Es de hacer notar que durante las infecciones de tuberculosis en las aves se suelen arrojar considerables cantidades del microorganismo causante de esta enfermedad.
Los estudios más recientes indican que las personas pueden infectarse por la presencia en el medio ambiente del microorganismo Mycobacterium. Los humanos que se han contagiado de tuberculosis aviar suelen experimentar dolores en el abdomen, fatiga y diarrea.
Ahora bien, el microorganismo Mycobacterium tuberculosis, germen que produce la tuberculosis humana muy rara vez ha sido detectado en aves, ya sean silvestres o de compañía. En esos casos reportados las aves en cuestión habían estado en contacto con personas que estaban experimentando tuberculosis pulmonar.