Los perros mascota se perfilan en la imaginería cotidiana de las personas con determinadas estampas: una de ellas es la de su cola moviéndose cuando el animal se encuentra entusiasmado. Normalmente esto se asocia con una sensación de alegría en el can. Ello no es totalmente exacto.
Como quiera que sea, hay casos en los cuales este movimiento tan particular de los canes se detiene por completo.
Es entonces que se presenta el fenómeno de la cola fría en los perros, un síndrome que comentaremos con más detalle en las líneas que siguen.
Cómo se presenta el síndrome de la cola fría en los canes
A esta particular condición se le nombra en términos científicos como miopatía coccígea aguda y en el idioma inglés se le llama “limber tail”. Es una patología, una especial miopatía que altera radicalmente las estructuras musculares que se concentran en la cola.
Las fibras musculares en el área de la cola, debido al síndrome en cuestión, padecerán atrofias y afectaciones, además de una patente disminución del flujo sanguíneo en esa área corporal. Es entonces que la cola del perro experimenta un notable descenso de la temperatura, alrededor de dos o tres grados menos con respecto al resto del cuerpo del animal.
¿Qué propicia el síndrome de la cola en el can? Los expertos piensan que este cuadro se presenta cuando hay una combinación de ciertas causas con una condición hereditaria. Lo anterior implica que el síndrome de la cola fría puede ser experimentado por cualquier can, aunque es mucho más frecuente de presentarse en ciertas razas por algunas particularidades físicas.
Condiciones que favorecen la aparición del síndrome de la cola fría en los perros
La miopatía coccígea aguda está vinculada más con los canes de caza o de trabajo. Estamos hablando de razas caninas como el setter, labrador, pointer y Beagle.
Factores que favorecen la aparición de este síndrome en perros de las razas mencionadas son los siguientes: someter al perro a baños en aguas con muy elevada o muy baja temperatura; efectuar actividades físicas demasiado intensas, especialmente si al animal no se le ha preparado como es debido, es decir, si no ha “calentado” como se dice en términos coloquiales, y también, si el animal ha tenido que permanecer en un espacio cerrado sin movilizarse al exterior durante mucho tiempo.
Esto último suele suceder cuando el perro ha tenido que estar en una jaula durante un largo periodo, sin haber tenido la oportunidad de estirarse con plena comodidad. Entornos que favorecen la ocurrencia de la miopatía coccígea aguda son aquellos demasiado fríos y con altos índices de humedad.
De la misma manera, los sitios con gran altura sobre el nivel del mar y las sacudidas de la cola con una fuerza desmedida propician la aparición del síndrome que estamos explicando.
Cuáles son los principales síntomas del síndrome de la cola fría en los canes
El principal síntoma de la miopatía coccígea aguda es la extrema flacidez de la cola del animal, ya que la extremidad se muestra colgante y sin control.
De hecho, el animal no es capaz de levantar su cola, ni de moverla tan siquiera un poco. Por el contrario, este apéndice suele causarle dolor al perro y mantenerse rígida y orientada hacia abajo.
Cuál es el tratamiento que se debe seguir para atender la miopatía coccígea aguda en los perros
En general el tratamiento que utilizan los veterinarios para atender los casos de miopatía coccígea aguda incluye analgesia y mucho reposo.
Se trata de procedimientos encaminados a evitarle al can dolores y estrés por padecer el síndrome de la cola fría.
Cabe destacar que este especialista es la única persona capacitada para recetar los medicamentos convenientes y para especificar las medidas para dosificar y administrar tales fármacos.
En los canes que no den señales de experimentar dolores en el área de la cola podría no ser preciso utilizar analgésicos, aunque sí es conveniente aplicar frío o calor sobre el apéndice afectado. Todo ello debe realizarse de acuerdo con las indicaciones que nos ofrezca el veterinario.
También es necesario que la cola del perro se mantenga en reposo para que se recuperen las estructuras musculares dañadas en el menor tiempo que sea posible.