Las personas que han decidido tener una mascota en la casa suelen tener una imagen un tanto idealizada acerca de este vínculo. Por ejemplo, se suele pensar que un cachorro, una mascota bebé, en todo el momento será amigable con los niños, un leal compañero de todos los integrantes del núcleo familiar, un celoso protector del hogar, etc.
Y si bien, tal idea sirve como motivación para recibir al cachorro en casa, la verdad es que la relación en el hogar con un perro demasiado joven suele ser mucho más complicada de lo que pudiera pensarse.
A continuación les compartimos los cinco mejores consejos para cuidar mascotas bebé. Atendiendo referencias como las siguientes se le pondrá brindar a un cachorro la mejor calidad de vida como animal de compañía.
El reposo de los gatos bebé
Hay que destinar para el gato bebé un sitio de la vivienda donde pueda dormir tranquilo. Para ello hay que seleccionar una habitación de la casa que sea cómoda y caliente. También se puede usar para ello, una caja de cartón y una vieja toalla.
Para el caso de limpiar a un gatito solo se requiere de una tela y agua tibia. Hay que pasar la tema humedecida por su pelaje y después frotarlo con una tela seca. Resulta indispensable llevar al gato bebé al veterinario para que lo revise y evalúe si tiene problemas de parásitos, o bien que constante la plena salud del minino.
Es importante alimentar al gatito de la mejor manera posible, por ejemplo, no darle leche si el gato se encuentra de espaldas. De la misma manera hay que revisar que el abdomen del gato no se encuentre excesivamente distendido tras haberle dado su alimento. Los mininos solo deben de ganar 50 a 100 gramos semanalmente.
El cuidado de la dentadura en el perro bebé
Muchos cachorros pierden los llamados “dientes de leche” alrededor de los tres y los seis meses. Durante esos años deben de afrontar algunas molestias orales, similares a los padecimientos que tienen los bebés durante su etapa de dentición.
La acción de masticar le permite al perro mitigar el dolor, de manera que conviene ofrecerle al animal juguetes que pueda apretar con los dientes y la mandíbula para que lo ayuden a calmar sus dolores.
Una vez que el cachorro ha cumplido medio año de vida, sus dientes de leche, veintiocho en total, irán siendo sustituidos por un conjunto de cuarenta y dos piezas dentales adultas.
Cuando el cachorro sea revisado regularmente por el veterinario, este especialista en la salud animal revisará que todas las piezas dentales de leche han terminado por caer y que las piezas dentales propias de la adultez del perro las han sustituido.
La nutrición de un gato bebé
La dieta que se le ofrezca a un minino de corta edad es un factor clave para asegurarnos que tenga mucha salud. De inicio, es importante que el alimento que se le ofrezca en sus primeras semanas de vida sea lo más parecido que se pueda a la leche materna.
Hoy por hoy se tienen disponibles en establecimientos especializados en el cuidado de animales, como la estupenda Farmacia Veterinaria San Bernardo, productos nutricionales que son capaces de sustituir en buena medida la leche materna de los gatos. Por lo demás, este alimento debe ser ofrecido al minino bebé con gran ternura y mucha paciencia utilizando una jeringa de plástico.
Las tomas de leche deben llevarse a cabo cada que se cumplan dos horas y nunca deberán postergarse más allá de cuatro horas. Cada una de estas tomas deberá incluir diez centilitros de sustituto de leche para gato.
El modo en el que se debe ofrecer la leche al gato bebé es el siguiente: se debe sujetar al animal con la mano y conservarlo en una posición casi inclinada. Es importante cuidar que el minino no se atragante al tratar de consumir la leche.
Tras haber transcurrido un mes y medio de vida el animal ya puede consumir alimentos sólidos, pero siempre ofreciéndole alimento especial para esta clase de animales.
Importancia del eructo para el gato bebé
Así como sucede con respecto a los bebés humanos, los mininos bebés también deben expulsar el aire.
Para ello hay que sujetarlos con una mano por la barriga y con la otra hay que aplicarle pequeños y suaves golpes en su lomo. Eso hay que hacerlo luego de cada toma de leche.