Hay perros que lucen decaídos y vomitan o padecen de diarrea. También puede estar relacionado con problemáticas digestivas en el organismo del animal. En general, cualquier condición que altere al aparato digestivo, como la presencia de un cuerpo extraño o una infección, puede generar molestias en el perro, incluyendo vómito abundante y decaimiento.
Generalmente el problema, si es leve, se cura en apenas unas horas. De no ocurrir así, o si los síntomas se agravan, es necesario que el animal reciba atención veterinaria urgente.
Es por lo anterior que resulta tan importante conocer lo mejor posible acerca de las infecciones en los animales de granja y los animales domésticos.
Infección y fiebre aftosa en los animales de cría
En general, la totalidad de las especies que tienen la pezuña partida, ya sean silvestres o de cría, son proclives a padecer la enfermedad mencionada.
De este modo, ya sea con una variable intensidad de acuerdo con la especie que corresponda, la fiebre aftosa debe de ser comprendida como una infección particular de venados, ciervos, jabalíes, porcinos, caprinos, ovinos y bovinos.
La fiebre aftosa es especialmente grave en los jóvenes cerdos, ya que se han registrado elevados niveles de mortandad gracias a ella, aun sin que se observen lesiones en la madre.
La enfermedad puede manifestarse en su variedad cardiaca incluyendo una la defunción súbita del ejemplar. Por lo que se refiere al ganado ovino y caprino, la fiebre aftosa es una enfermedad bastante más benigna que en el caso de los bovinos.
Infecciones y flemón en la boca del perro
Cuando aparece un flemón en la boca del perro suele manifestarse a través de síntomas como los que mencionaremos en lo que sigue:
Escasas ganas de alimentarse, al grado de llegar a la anorexia. Ciertos canes incluso se rehúsan a consumir comida seca o dura y únicamente son capaces de alimentarse con comida blanda.
Una patente hinchazón en la cara, en especial en torno a los ojos.
Una intensa inflamación de los ganglios linfáticos regionales
Halitosis, fiebre y la llamada sialorrea o babeo desmedido.
Es preciso señalar que en los casos más severos o si se carece de algún tratamiento para atender pronto el problema, la acumulación de bacterias puede arribar a la sangre del perro y propiciar que se presenten infecciones adicionales en otros órganos del animal.
Infección bacterial en la rata mascota
Hay una patología respiratoria provocada por una infección bacterial en la rata que se encuentra estrechamente relacionada con la inmovilidad de estos animales. Se trata de la micoplasmosis respiratoria murina, cuadro provocado por el microorganismo Mycoplasma puylmonis.
Ciertas enfermedades degenerativas de la médula espinal pueden causar desde plejia (parálisis) hasta paresia (debilidad) en las extremidades.
Los roedores que sufren tal condición presentan diferentes niveles de dificultad de movimiento. Todo ello dependiendo del nivel de daño que tengan los animales en la médula.
Por último, hay que mencionar a las neoplasias como posibles causas de inmovilidad en los roedores. Se trata de tumores que pueden presentarse en varias zonas del abdomen del animal.
Y aunque no están considerados como tumores malignos, pueden llegar a tener un tamaño considerable, al grado de complicar en mucho la capacidad de movimiento de las ratas.
La tiña y las infecciones en el gato
También importante como causante de costras en la dermis del minino es la tiña. El nombre científico de esta enfermedad es dermatofitosis y tiene que ver con la infección de la piel por ciertos hongos que dañan a mininos, canes y hasta los seres humanos.
Ciertamente si un gato mascota se contagia de tiña, las personas que lo atienden en casa también se pueden contagiar de tal enfermedad.
Hongos causantes de la tiña, como, por ejemplo, Microsporum fulvum, Trichophyton terrestre, Microsporum persicolor y Trichophyton mentagrophytes, suelen afectar más a los mininos más jóvenes y a los que cuentan con un largo pelaje.
Infecciones paratíficas en las aves de cría
En algunos casos relacionados con las infecciones paratíficas en las gallinas se detectan concentraciones necróticas en el hígado.
Las infecciones en los ejemplares se presentan por la invasión de microorganismos en el interior del huevo a causa de la contaminación por heces.
Las transmisiones de agentes patógenos pueden explicarse también por contaminaciones por proteína animal, por ejemplo, por el consumo de harina elaborada con hueso o con carne.