Las tácticas enfocadas al control de las dinámicas víricas en los animales de granja son parecidas a las que se presentan en los humanos.
No obstante, hay un factor que determina en buena medida el éxito o el fracaso de tales tentativas de salubridad: mientras que en la vacunación humana el gobierno tiene un rol de gran relevancia tanto en lo que se refiere a las campañas de información y prevención, en lo que se refiere a los animales de granja, tiene una intervención menor en los esfuerzos por erradicar contagios.
Una eficiente estrategia sanitaria en la cría de ganado caprino y ovino debe considerar una correcta calendarización. Este programa debe estar planteado tomando en cuenta los modos de explotación comercial que se manejen en esa granja o criadero, así como también considerando el registro de casos que se tengan acerca de ciertas enfermedades en esa zona geográfica.
Conozcamos más acerca de la vacunación en criaderos y granjas, incluyendo consejos acerca de esta indispensable medida para la estabilidad sanitaria de tales espacios. Como siempre, la asesoría del veterinario se hace indispensable para fines de emprender un programa de vacunación en granjas y criaderos. Únicamente de esa manera se podrá mejorar el rendimiento pecuario- desde una perspectiva sanitaria- de esa clase de explotaciones.
Vacunación en caballos y fiebre del Nilo
Una importante enfermedad en caballos que amerita vacunación es la llamada fiebre del Nilo. Tanto los caballos, como los pájaros y las personas pueden contraer esta enfermedad por medio de la picadura de un mosquito. En los equinos la fiebre del Nilo causa inflamación cerebral.
La sintomatología que nos anuncia la presencia de esta enfermedad incluye una notable mengua en la visión, falta de apetito, debilidad, falta de coordinación y en etapas avanzadas de este mal, casos de convulsiones o de coma.
Lamentablemente es una enfermedad cuya vacuna aún se encuentra en etapa de ensayo.
De hecho, no hay evidencias que prueben que la vacuna contra la Encefalitis Equina sea eficaz para combatir la mencionada fiebre del Nilo, enfermedad que puede ser considerada como relativamente reciente, ya que los primeros casos acerca de ella no fueron reportados sino hasta el año 1999 cuando se detectó en algunas zonas de Nueva York.
Vacunación y salud en los ovinos
De acuerdo con los expertos en el tema, para implementar con eficacia un plan de vacunación en una determinada población ovina hay que considerar algunos aspectos básicos.
En ciertas ocasiones, la vacunación de ejemplares que han ingerido el calostro de madres que han sido vacunadas durante el periodo de preparto no va a tener la debida eficacia. Esto se debe a que dicha inmunidad quedará anulada por la protección inmunológica pasiva recibida por la cría a través del calostro que ha ingerido.
También es importante respetar los intervalos adecuados en la administración de una vacuna, considerando las dosis correctas que le corresponden.
Y si bien hay algunas vacunas que solo precisan una dosis para proteger a un ejemplar ovino de cierta enfermedad o grupo de enfermedades- este es el caso de la vacuna contra la paratuberculosis o la que protege a las hembras de los abortos clamidiales-, la mayor parte de ellas requieren de una dosis adicional para así conseguir los niveles de inmunidad esperados.
Es preciso aplicar dosis de vacuna de las llamadas “de recuerdo” para preservar la máxima potencia en la inmunidad del ejemplar, pensando a largo plazo.
Cómo actúan las vacunas en el ganado porcino
Las vacunas nos ofrecen valiosos recursos para estimular las defensas del animal y que su organismo combata al máximo las posibles infecciones que lo afecten. Diferente es lo que trata de hacer un antibiótico, ya que procura detener las acciones del agente que ocasiona determinada enfermedad: ese es el caso de la penicilina.
Es conveniente conocer cómo actúan las vacunas para cerdos. Los ejemplares vacunados únicamente toleran un concentrado de patógenos cuando estos biológicos son aplicados por primera ocasión. Con ello se genera una respuesta inmunológica de tipo primario.
En cambio, cuando hay una segunda aplicación los antígenos de los gérmenes patógenos son identificados por los linfocitos sin problema alguno. De allí que esta dosis sea la más efectiva, protectora y rápida para el ganado porcino.