Hay diferentes enfermedades capaces de propiciar rotundas afectaciones en nuestros animales de compañía. Las patologías más habituales en los canes se conocen bastante bien, aunque hay otras patologías que no son tan conocidas y que requieren de la atención indispensable del veterinario para su correcto diagnóstico. Este último especialista es quien tiene la capacidad para establecer el tratamiento que lleve a nuestra mascota a la recuperación de su salud.
En el texto que les ofrecemos a continuación explicaremos cuál es el problema del hígado graso en los perros, circunstancia que afecta a uno de los elementos más importantes del cuerpo canino y que puede traer consecuencias graves para la calidad de vida de nuestro querido compañero.
Cómo se presenta el hígado graso en los perros
De entrada, hay que analizar algunas circunstancias esenciales acerca del hígado para poder entender mejor las características de la mencionada enfermedad.
Órgano perteneciente al sistema digestivo que se encuentra en los animales vertebrados, incluyendo al humano, el hígado se encarga de distintas funciones, como, por ejemplo, la digestión de lípidos, la eliminación de toxinas en el torrente sanguíneo, la tarea de sintetizar proteínas plasmáticas y el almacenamiento de glucógeno.
Tanto la carencia como la mala dinámica del hígado hace imposible la vida. La enfermedad del hígado graso se perfila como la acumulación desmedida de grasa en este órgano del cuerpo humano. Con ello se dificulta su normal accionar y se propician consecuencias que, de no ser atendidas en tiempo y forma, pueden poner en peligro la vida de nuestra mascota.
La raza del can no es un factor prioritario para que sufra de esta enfermedad, si bien se ha detectado que se presenta más en los perros corpulentos. La edad sí suele constituirse como un factor clave en esta clase de problemas de salud canina.
Cuáles son los principales síntomas de hígado graso en los perros
A las patologías relacionadas con el hígado se les conoce como hepatopatías y si bien pueden variar en sus posibles causas, los síntomas que los pacientes exhiben son prácticamente idénticos. Por lo general, cuando se presentan, nos dan indicios de que el problema ya ha avanzado mucho y ello tiene negativas consecuencias para la posible recuperación del can. Los síntomas más frecuentes que apuntan al hígado graso en los perros son la diarrea, vómitos, ascitis e ictericia.
Cuáles son las causas del hígado graso en los canes
Lo que causa la enfermedad del hígado graso en muchas ocasiones no es conocido. La patología en cuestión tiene por nombre científico lipidosis hepática idiopática. Sin embargo, muchos especialistas consideran que el hígado graso en los perros está vinculado a factores como: hipertensión en las arterias, alteraciones metabólicas, alimentación abundante en grasas, obesidad, diabetes y consumo excesivo de esteroides. También es un factor desencadenante si el perro ha padecido hepatitis en alguna etapa de su vida.
Cómo se realiza el diagnóstico del hígado graso en los perros
El veterinario consigue diagnosticar esta enfermedad utilizando pruebas de laboratorio y posteriormente relaciona los resultados con la anamnesis y la información que le ofrezcan las personas que cuidan al perro afectado. Cuando un veterinario examina físicamente al perro buscando indicios de la enfermedad del hígado graso por lo general atiende si se presenta dolor en el perro al ser palpado, el tamaño que tiene el hígado y la tonalidad que tienen las mucosas.
Dependiendo de la lectura que efectúe el veterinario de la información anterior, efectuará otra clase de análisis, como, por ejemplo, pruebas de imagen, hematología y ecografía en el abdomen.
Cómo es el tratamiento del hígado graso en los canes
Hasta la fecha no se cuenta con un tratamiento ex profeso para la curación del hígado graso. Es preciso mejorar los hábitos de vida del perro y tratar de nulificar las posibles causas de la enfermedad. La alimentación que se le ofrezca al perro es un factor clave para disminuir los riesgos de experimentar este problema. De hecho, el perro que es diagnosticado con hígado graso debe seguir una dieta especial para pacientes hepáticos. También es indispensable que baje de peso en caso de tener obesidad y que realice ejercicio de modo regular. Es la mejor manera de combatir la lipidosis hepática idiopática en los perros.