El estrés es el resultado de las situaciones de confinamiento a las que se ven sometidos los seres vivos en circunstancias que parten de una visión poco humanitaria por parte del propio ser humano. Esto es algo que se hace patente en las granjas y criaderos, en especial por el manejo deficiente de los animales en los emprendimientos pecuarios. En nuestros días se considera que el estrés en los animales de granja es ocasionado principalmente por factores medioambientales.
Las consecuencias que tiene el estrés en las granjas o criaderos son tan devastadoras como las ocasionadas por distintos agentes infecciones y patógenos. Estamos hablando entonces de uno de los problemas más graves que deben encarar los criadores de distintas especies en las instalaciones pecuarias.
Las causas del estrés en los animales de granja
Los seres humanos tienen un rol determinante para la aparición del estrés. Ellos pueden fomentar los medios para mitigar e incluso eliminar cualquier factor que propicie la aparición del estrés en los animales de granja. Ciertos de los criterios que se han usado para identificar la presencia del estrés en los animales de granja son los niveles de ácido láctico, niveles de glucemia, bruscas variaciones de la frecuencia respiratoria o cardiaca y algunas mediciones orgánicas más.
Cabe mencionar que los mamíferos, en nuestro caso los bovinos u ovinos en las granjas, exhiben una respuesta hormonal en sus organismos a ciertas circunstancias medioambientales, en especial cuando son contrarias a su comodidad, bienestar e incluso posibilidades de supervivencia. En especial hormonas como la adrenocorticotropina, catecolaminas y glucocorticoides, de acuerdo con el nivel que tienen, nos revela la intensidad del estrés que los animales han experimentado. Una de las consecuencias más nefastas del estrés en las granjas y criaderos tiene que ver con la disminución en la capacidad productiva de los animales.
Los distintos tipos de estrés en los animales de granja
Ahora bien, es posible identificar distintas clases de estrés en los animales de acuerdo con las causas propiciadoras de esta condición. Un ejemplo de ello lo tenemos en el estrés calórico, el cual ocasiona en las instalaciones pecuarias y avícolas una escasa fertilidad. Se ha detectado que las hembras de animales mamíferos tienen una mayor sensibilidad y padecen en mayor medida esta clase de estrés. En específico, estudios recientes revelaron que el estrés derivado del calor excesivo reduce los niveles de lívido y disminuyen la calidad seminal. Si acaso las hembras quedan preñadas, la probabilidad de que se presente fallecimiento embrionario es sumamente elevada. Tales condiciones nos permiten entender el daño que ocasiona el estrés en las instalaciones pecuarias.
Las mejores estrategias para reducir el estrés calórico están relacionadas con la modificación física del ambiente, la optimización genética de razas que tengan menos sensibilidad al estrés calórico, una acertada nutrición y por supuesto contar con la asesoría de un veterinario con experiencia.
Otra variante del estrés tiene que ver con la nutrición que se les ofrezca a los animales. Y es que si bien en el ganado el estrés derivado de una transportación inadecuada es de consecuencias fisiológicas más patentes, el estrés causado por la carencia de alimento y agua fresca es aún más pernicioso y repercute de manera más grave en los alcances productivos de la granja. Lo anterior es el resultado de que el flujo sanguíneo de los animales afectados se desvía a los órganos internos, canalizándose principalmente a los tejidos periféricos, en una medida para disminuir la temperatura corporal, por medio de una elevación en la pérdida de calor.
Consecuencias del estrés en el organismo de los animales de granja
Es un mecanismo corporal que deriva en una reducción del torrente sanguíneo el cual está enfocado a órganos internos como los ovarios, oviductos y el útero. Todo lo anterior deriva de la escasez de nutrientes y por lo consiguiente de una limitada capacidad funcional ocasionada por el estrés.
Otros factores que propician al máximo la aparición de estrés en los animales de granjas y criaderos es el estrés por manejo deficiente de los ejemplares por parte de los empleados de estas explotaciones y también la falta de higiene y condiciones sanitarias deficientes en los espacios en los cuales permanecen los animales.
Para combatir el estrés por calor es recomendable acondicionar un sistema de ventilación que ayude a los animales a controlar la temperatura de su cuerpo. También es conveniente la instalación de rociadores de agua.