Así como sucede como con muchas otras aves, los periquitos también pueden padecer de ácaros. Al hablar de ácaros nos referimos a ciertos parásitos de pequeño tamaño los cuales, con su presencia, tienen la capacidad de causar graves daños a estas bellas aves de compañía. Tales afectaciones van desde suaves costras o lesiones, hasta irritaciones en la piel, anemia, ciertas deformaciones y complicaciones respiratorias que, en los casos más severos, puede producir la muerte del animal.
En lo que respecta al tratamiento para remediar la presencia de ácaros en los periquitos, la curación generalmente incluye un eficiente antiparasitario y casi siempre una completa desinfección de la jaula del plumífero.
Para combatir de mejor manera este problema de salubridad aviar vale la pena conocer más y mejor acerca de los ácaros, cómo afectan a los periquitos, cuáles son los principales síntomas asociados a estos parásitos y el tratamiento que debe de seguirse hasta lograr la curación de estas pequeñas mascotas.
Variedades de ácaros en los periquitos
Parásitos arácnidos vinculados a los artrópodos, los ácaros tienen ocho patas diminutas y se alimentan de la sangre de los animales que invaden. Justo así sucede con respecto a los periquitos, así como también de los restos de la piel o de las plumas de estas aves domésticas.
Al fenómeno de la parasitación por ácaros en el periquito se le denomina como sarna y puede estar causado por tres distintas variedades de estos aránido: los ácaros del saco aéreo, los ácaros rojos y los ácaros de la cara escamosa.
Principales síntomas de ácaros en el periquito
Las señales clínicas que presentarán los periquitos infestados de ácaros dependerán en buena medida de la clase de ácaros que los invadan.
Por ejemplo, los periquitos afectados por ácaros de la cara escamosa exhibirán una moderada picazón en los inicios del problema.
Posteriormente, cuando se encuentra muy avanzado el problema aparecerán costras expandidas las cuales, en algunos casos, pueden alcanzar profundos tejidos, como, por ejemplo, en el área del pico. Ello puede derivar en deformaciones, y un aspecto desagradable del animal por las costras de gran tamaño.
Al tener afectado el pico, el animal experimentará problemas patentes para alimentarse y en general para emplear el pico en su cotidiana actividad.
Conforme el problema empeore, la infección también afectará las patas del periquito, provocándole malformaciones, dificultades para respirar, cojera y hasta la caída de las uñas.
Cómo detectar si un periquito tiene ácaros
Si escuchamos que el animal tiene agitada las respiración, si detectamos que emite chirriantes sonidos, ronquidos o silbidos, si respira con el pico abierto o hace movimientos de la cola ascendentes y descendentes, ello puede apuntar a que experimenta complicaciones respiratorias de los sacos aéreos.
En cambio, si advertimos áreas irritadas y si percibimos que el periquito pierde plumas, luce lesiones en la piel, se muestra demasiado activo en la noche y dormido durante el día, entonces es muy probable que padezca de los llamados ácaros rojos.
Cómo se realiza el diagnóstico del ácaro en los periquitos
De cualquier manera el diagnóstico final del problema debe de efectuarlo el veterinario. Para conseguirlo deberá obtener muestras de las lesiones y analizarlas con el microscopio para detectar cuál es el ácaro causante del problema y así aplicar el mejor tratamiento que sea posible.
Cuál es el tratamiento para eliminar a los ácaros de los periquitos
Para eliminar a los ácaros de los sacos aéreos y los de cara escamosa, el producto más eficaz es la ivermectina. También da buenos resultados la moxidectina, aunque estos productos medicinales deben de ser prescritos exclusivamente por el veterinario.
En cambio, para la eliminación de los ácaros del saco aéreo lo mejor es el empleo del levamisol, no obstante, los periquitos afectados por tales parásitos exhiben mayores grados de letalidad.
El tratamiento contra el ácaro rojo en los periquitos incluye una minuciosa desinfección de la jaula, empleando para ello un producto desinfectante que no afecte a las aves. Tal limpieza no debe de dejar ningún espacio sin asear, especialmente en los barrotes y grietas de la jaula, precisamente donde estos parásitos suelen ocultarse.
Con posterioridad debe de limpiarse la jaula con la debida frecuencia, aun cuando ya no se hayan manifestado los ácaros en los periquitos.