Lesiones que acontecen con más frecuencia de lo que podría suponerse y que ponen en considerable peligro la calidad de vida de los perros, las fracturas son un problema veterinario que debe ser atendido en tiempo y forma.
Es comprensible que las personas que tienen perros como animales de compañía, se angustien al advertir que alguno de estos canes camina con dificultad, tiene dolor al colocarse en una cierta posición, o no consigue apoyarse cómodamente en alguna de sus extremidades. Ante estos casos, lo mejor es que se lleve al animal con el veterinario lo más pronto que sea posible.
En este texto mencionaremos detalles acerca del problema de las fracturas en las patas del perro, tomando en cuenta las distintas clases de fracturas que pueden presentarse, las causas principales de tal condición y los tratamientos más adecuados para conseguir la recuperación plena de los canes afectados.
Cómo son las fracturas en las patas del perro
Es importante que las personas que tienen canes como mascota cuenten con toda la información posible acerca de las fracturas que puede sufrir un perro en las extremidades, para que así puedan atender correctamente a sus queridos compañeros peludos.
No menos importante es conocer las clases de fracturas que pueden presentarse en las patas caninas. De entrada debemos de saber que hay varios modos de diagnosticar una fractura en los canes. No obstante, la clasificación que más se emplea es la que considera la forma de tal lesión. En este sentido, las variedades de fractura que se presentan con más frecuencia en los perros son las siguientes:
Fractura oblicua
Fractura espiroidal
Fractura conminuta
Fractura transversal
Y sin que sea relevante la línea que siga la fractura, una vez que el hueso daña tejidos cercanos al fragmentarse y al final atraviesa la piel. A este caso se le conoce como fractura expuesta.
También es pertinente mencionar el modo en el que se detectan las roturas de pata en los canes.
Detección adecuada de las fracturas en las patas del perro
Un positivo aspecto con respecto a este problema tiene que ver con los síntomas asociados con esa complicación. Y es que los principales síntomas relacionados con las fracturas le ofrecen al veterinario indicios valiosos acerca del mejor tratamiento para atender estos problemas en los canes.
Si un can fue atropellado por un coche, si se cayo o si recibió un fuerte impacto en alguna de sus extremidades, el propietario de esa mascota por lo general se muestra angustiado por la posibilidad de una fractura.
Los principales síntomas que suelen presentarse luego de que se ha presentado alguno de estos percances son los siguientes: dificultades para apoyar la pata lesionada, un acentuado estrés, dolores intensos, inflamaciones y una patente carencia de apetito.
Fractura y dislocación de las patas del perro
No menos importante resulta cómo saber si un perro tiene dislocada alguna de sus extremidades. Una dislocación es algo muy diferente a una fractura en los perros, aunque los síntomas son parecidos. De todos modos, el diagnóstico más acertado se realiza con el apoyo del veterinario y un equipo de rayos X.
Por lo que se refiere a la recuperación de una fractura, indudablemente que lo más complicado al presentarse este problema es la recuperación del hueso. Incluso la mejor intervención quirúrgica que se realice en estos casos no podría ayudar a una correcta soldadura del hueso si la recuperación no es la adecuada.
A final de cuentas mencionar tiempos con relación a esta clase de fracturas es algo poco específico y vinculado a distintos factores. En cuanto a estos últimos hay que mencionar la raza, edad, peso del animal y el tipo de factura que haya padecido.
Cómo se recuperan los perros de las fracturas en las patas
No obstante, también debe tenerse presente que los canes de pequeñas dimensiones tienen un mejor pronóstico que los perros corpulentos, al tener un menor peso corporal.
También debe observarse con atención la clase de fractura que se haya presentado y los cuidados que amerita. Una fractura de las llamadas “expuestas” que no haya sido bien atendida puede desencadenar un caso de infección y eso puede atrasar aún más la plena recuperación del hueso.