Bandas de músculo conjuntivo, los tendones mantienen vinculados los músculos con los huesos. Gracias a ello, la fuerza de los músculos al contraerse es conducida al esqueleto para producir los movimientos del cuerpo. Justo cuando los tendones experimentan inflamación, se genera una dinámica conocida como tendinitis, la cual suele manifestarse a través de cojera y dolor.
Para conocer más a fondo acerca del problema de la tendinitis en el perro, lo que comentaremos a continuación resultará de enorme interés. Compartiremos información acerca de los principales síntomas de la tendinitis, las causas que la producen y el tratamiento que debe seguirse para combatir esta enfermedad.
Cómo se manifiesta la tendinitis en el perro
Al proceso inflamatorio en un tendón se le conoce como tendinitis. De acuerdo con la intensidad de tal dinámica se pueden diferenciar entre tendinitis aguda y tendinitis crónica. Y si bien cualquier tendón puede experimentar esta problemática, ciertamente las tendinitis en las patas traseras de los perros son menos frecuentes de presentarse que las tendinitis en las patas delanteras. De entre los tendones más proclives de padecer esta condición destacan el supraespinoso, infraespinoso y el bíceps braquial. Todos estos tendones se localizan en las extremidades traseras del animal.
Principales síntomas de la tendinitis en el can
El síntoma principal vinculado a la tendinitis es la cojera, por lo cual, en los canes que sufren de cojera, siempre debe incluirse a la tendinitis en el listado de diagnósticos diferenciales. Por lo general las cojeras relacionadas con las tendinitis se acentúan con la actividad física y el ejercicio corporal y mejoran cuando reposa el can.
Aunada a la cojera, un can que padece de tendinitis suele manifestar otros síntomas, como, por ejemplo, hinchazón en el área afectada, calor en el área dañada, dolores al mover la extremidad o ante la palpación. En lo que se refiere a los canes deportistas, es normal que ante un caso de tendinitis disminuya su rendimiento en las actividades deportivas.
Principales causas de la tendinitis en el perro
Por lo general las tendinitis se generan como resultado de microtraumatismos o sobrecargas en los tendones, provocados por dinámicas extenuantes y repetidos movimientos. Es por ello que la tendinitis es una enfermedad que se presenta con gran frecuencia en los canes de trabajo o los perros deportistas, como, por ejemplo, los perros que jalan trineos, pastores o rescatistas.
Cómo se diagnostica la tendinitis en el perro
Habitualmente, las referencias obtenidas del historial clínico del perro, su cuadro clínico más actualizado y las referencias que se obtienen de las exploraciones ortopédicas suelen bastar para corroborar el diagnóstico de esta enfermedad en los canes. No obstante, para conseguir un diagnóstico aún más preciso se suelen emplear las llamadas técnicas de imagen, como es el caso de la ecografía. Así también, en lo que se refiere a las tendinitis crónicas puede ser preciso llevar a cabo una artroscopia exploratoria, con el objetivo de evalar los niveles de inflamación en los tendones del perro.
Cuál es el tratamiento para atender la tendinitis en los perros
Una vez que hemos explicado como se presenta la tendinitis en el perro y cómo se realiza el diagnóstico de esta enfermedad, lo que sigue es mencionar cuál es el tratamiento que se debe seguir para curar a los perros que la padecen.
Por lo general, el tratamiento de un can con tendinitis se basa en los puntos siguientes: el reposo, aun cuando solo sea parcial, pero siempre evitando los bruscos ejercicios y las actividades físicas demandantes. Esta medida debe de mantenerse entre dos y cuatro semanas. Habiéndose cumplido tal periodo, habrá que retomar las actividades cotidianas del can de modo paulatino y suave. También hay que aplicar una Terapia con Antiinflamatorios No Esteroideos y someter frío local en el área afectada dos o tres veces diariamente durante aproximadamente diez minutos.
Por lo demás, el veterinario también puede emplear un tratamiento de rehabilitación que incluye terapias físicas- las cuales incluyen laserterapia, ultrasonido y electroestimulación- terapias de tipo manual- estiramientos y masajes- y ejercicios encaminados al fortalecimiento de los músculos.
Así también, en lo que se refiere a las tendinitis crónicas que no sean tratables con tratamientos antiinflamatorios o con dinámicas de rehabilitación, puede llegar a ser preciso un tratamiento quirúrgico.