Ratones, perros, hurones, murciélagos y mininos son algunos de los animales que pueden ser contagiados por el virus de la rabia. Es una enfermedad que afecta prácticamente a cualquier animal mamífero incluyendo a los humanos. Los mapaches, por su parte, son quienes portan con más frecuencia este microorganismo.
La rabia se transmite a través de la saliva del animal contagiado. Para ello el ejemplar infectado debe ponerse en contacto con otro animal, ya sea por un rasguño o una mordedura.
Cómo se presenta la rabia en los gatos
Y si bien, en ciertas naciones la rabia se encuentra prácticamente controlada, en otras zonas geográficas aún está considerado como un severo problema de salubridad a nivel público.
Es verdad que los mininos tienen un menor peligro de contagiarse de rabia, pero sí se llegan a presentarse casos de infecciones, especialmente en mininos que tienen la tendencia a salir mucho de su hogar. A final de cuentas la consecuencia de estos contagios suele ser el fallecimiento del animal afectado.
Por qué es importante vacunar al gato contra la rabia
Cuando un animal se ha contagiado de rabia corre el riesgo de fallecer por una crisis cardiorrespiratoria. En lo que se refiere a los mininos, en cuanto el tiempo de incubación se ha completado, la muerte del animal suele presentarse en periodo de cuatro días.
Por ello es tan importante vacunar a nuestro gato contra la rabia en tiempo y forma. Y es que, con la aplicación precisa de la vacuna y sus necesarios refuerzos, un minino puede verse a salvo de contagios posteriores al máximo posible.
De hecho, los mininos exhiben una mejor respuesta a la vacuna contra la rabia que los propios perros y un porcentaje mayor al noventa y siete por ciento de los gatos consiguen generar los anticuerpos necesarios para combatir al virus que genera esta específica enfermedad.
Cuando deben de ser vacunados los gatos contra la rabia por vez primera
Habiendo cumplido las doce primeras semanas de vida, los mininos deben de ser vacunados contra la rabia. Dependiendo de la zona geográfica donde uno se encuentre deberán de aplicarse refuerzos de la vacuna contra la rabia con periodicidad anual. Es indispensable mantener actualizado el calendario de vacunas del gato siguiendo las indicaciones del veterinario.
Cuáles son los principales síntomas de la rabia en el gato
Si bien la consecuencia del contagio de rabia en los gatos suele ser la muerte de los animales contagiados, hay que poner especial atención a los síntomas que exhiban los gatos con esta enfermedad. Y es que si nuestro gato contrae la rabia se presenta un considerable riesgo de que el virus también se transmita a las personas que cuiden a ese minino.
De modo que conviene monitorear los principales síntomas de la rabia, mismos que se presentan en las siguientes etapas:
Al inicio de las manifestaciones de la rabia, el animal suele mostrarse más fatigado de lo habitual, además de tener vómitos y salivar de modo anormal.
En una fase posterior se presentan extrañas alteraciones del comportamiento que deben de tomarse como sospechosos y es entonces que los contagios hacia quienes cuidan a los gatos tienen una mayor probabilidad de presentarse. Se ha detectado que el noventa por ciento de los mininos con rabia exhibe un comportamiento agresivo y furioso.
En una fase postrera el minino experimenta parálisis, así como también espasmos y luego un estado de coma hasta llegar al fallecimiento del gato.
Cómo debes actuar si tu gato tiene rabia
Por lo cual, si tu minino exhibe alguno de los síntomas que hemos comentado lo que debe hacerse es aislarlo y llamar de inmediato a los servicios de control animal. Y si se cuentan con los medios necesarios y la asesoría especializada indispensable es preciso llevar al gato a la clínica veterinaria para que reciba las necesarias atenciones.
La rabia es una de las enfermedades infecciosas virales más importantes que afectan a los mamíferos. Es causada por un virus perteneciente al grupo de los Rhabdoviridae.
Los síntomas que se presentan con mayor frecuencia por la rabia en los gatos son: irritabilidad acentuada, comportamiento anómalo, maullidos incesantes, vómito, fiebre, hambre escasa, pérdida de peso, convulsiones y parálisis corporal.