El problema de la mastitis bovina, ¿cómo se atiende?

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Hablar de la mastitis bovina es hacerlo acerca de una inflamación de las glándulas mamarias en las vacas, lo cual deriva en alteraciones de las propiedades bioquímicas de la leche, así como también en los tejidos de las glándulas.

La mastitis bovina es una de las enfermedades más frecuentes de hallar en las vacas que habitan en granjas y criaderos. La mastitis afecta especialmente a las vacas de la raza Frisona, puesto que es una de las razas más usadas para la producción láctea.

Impacto de la mastitis bovina en la producción láctea

Es preciso mencionar que la mastitis impacta de manera negativa en la cantidad de la leche obtenida y en la calidad de ese producto. Todo ello ocasiona considerables afectaciones para los emprendedores ganaderos. De no tratarse en tiempo y forma, esta enfermedad se puede hacer crónica y motivar que la vaca enferma deba ser sacrificada a final de cuentas.

Es tiempo de conocer más acerca de las causas de la mastitis, los principales síntomas que presenta y el tratamiento que se debe seguir para atender esta enfermedad.

La mastitis se perfila como una enfermedad de tipo multifactorial, lo cual quiere decir que las infecciones que la producen están determinadas por las características del animal afectado, las circunstancias ambientales y los gérmenes presentes en el entorno.

Circunstancias que propician la aparición de la mastitis bovina 

En general, la mastitis se presenta cuando los microorganismos dañan los tejidos mamarios ocasionando inflamaciones en las glándulas. Ahora bien, la mastitis puede ser clasificada en tipos diferentes. La mastitis contagiosa se produce por gérmenes que se concentran en las glándulas mamarias (más específicamente el Staphylococus aerus y el Streptococcus agalactiae).

Son microorganismos que se difunden durante la ordeña de las vacas, cuando se presenta una deficiente manipulación de los animales por parte de los empleados de la granja (por ejemplo, no usar guantes o utilizar trapos sucios), o cuando la maquinaria de ordeña se encuentra polucionada.

Todo lo anterior causa una reducción patente en la cantidad de leche obtenida en una población vacuna.

La mastitis ambiental es causada por gérmenes como los coliformes y los estreptococos ambientales que habitan en el entorno y que se transmiten a través de la ordeña y los periodos en los que las glándulas mamarias no tienen producción láctea. La presencia de la mastitis ambiental nos revela los niveles de polución que exhibe un criadero o una granja.

Tipos de mastitis bovina de acuerdo con su sintomatología

Por otro lado, dependiendo de los síntomas que nos presenten la mastitis puede ser clasificada en distintas variedades:

La mastitis subclínica se caracteriza por ser más complicada de identificar que las demás. Y aunque no suele manifestarse a través de bruscas alteraciones en las ubres o en la leche, nos revela un alto recuento de células somáticas y microorganismos.

La mastitis clínica se distingue por causar inflamaciones de los cuarterones afectados, al grado que las vacas contagiadas sienten molestias al ser tocadas. La leche que se obtiene de las vacas enfermas de mastitis clínica nos deja ver sangre, cuagulos, descamaciones y suero bastante descolorido.

En lo que se refiere a la mastitis aguda, es una condición que pone en peligro la vida del animal afectado. Se manifiesta a través de síntomas específicos como falta de apetito, una menor producción láctea y fiebre elevada.

El diagnóstico veterinario de la mastitis bovina

Para realizar un diagnóstico acerca de la mastitis bovina, de acuerdo con el caso que se le presente, el veterinario deberá observar los síntomas y a partir de ello determinar el tratamiento que mejor convenga en cada caso.

No solo se deberá de analizar la sintomatología del animal enfermo, sino también obtener muestras lácteas y realizar distintos exámenes, para luego realizar un diagnóstico en busca de la cura del ejemplar afectado.

Más allá del tratamiento que determine el veterinario, conviene seguir algunas medidas de prevención en busca de disminuir el riesgo de que se presente la mastitis bovina. En este sentido hay que proceder a la desinfección de pezones de las vacas antes y posteriormente a la ordeña; tener una higiene impecable durante la ordeña; mantener en buenas condiciones las máquinas de ordeña y ordeñar hasta el final los ejemplares contagiados por esta enfermedad.

También hay que ofrecerles a las vacas agua fresca en abundancia, entornos bien ventilados, lechos de la mejor calidad y observar que las vacas se mantengan de pie un tiempo tras haber sido ordeñadas.

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