¿A qué nos referimos con el acrónimo “EEB” en el entorno de la ganadería? Pues a la enfermedad denominada como encefalopatía espongiforme bovina. Es un problema de salud bovina que causa severas afectaciones en granjas y criaderos. Los especialistas consiguen detectar casos de EEB al examinar porciones del cerebro de un ejemplar contagiado bajo el microscopio y observarlo con apariencia esponjosa. Es una de las enfermedades bovinas que dañan con más severidad al cerebro de los animales contagiados. De modo común se le conoce como la “enfermedad de las vacas locas”.
En el resto de esta nota comentaremos con mayor detalle cuáles son las principales características de la EEB y cómo es capaz de afectar a poblaciones enteras de ganado vacuno en los emprendimientos pecuarios.
Cómo se manifiesta la EEB en granjas y criaderos
La EEB se perfila como una problemática sanitaria de tipo neurológico y progresivo que afecta al ganado vacuno. “Progresivo” quiere decir que estamos ante una enfermedad que empeora con el transcurso del tiempo y “neurológico” nos revela que afecta directamente a a estructura nerviosa del animal contagiado, tanto a la médula espinal como al cerebro.
Cuáles son los factores que propician la EEB
Se considera oficialmente que la EEB es provocada por una proteína llamada prión, la cual, bajo ciertas circunstancias se vuelve un prion nocivo. El cuerpo del bovino cae enfermo y en raras ocasiones los responsables de atender al animal se percatan que un prion anormal se hace presente en su organismo. Sin captar su cuerpo que ese elemento dañino tiene presencia en su interior, las defensas naturales de la vaca no pueden combatir ese problema.
Cuáles son los principales síntomas de la EEB en los ejemplares bovinos
Un síntoma habitual de la EEB en la vaca es la carencia de coordinación corporal. Un ejemplar enfermo tiene dificultades para ponerse de pie y para desplazarse. Un bovino contagiado también puede exhibir nerviosismo y agresividad y por ello a la EEB con frecuencia también se le conoce como la “enfermedad de la vaca loca”.
Generalmente lleva de unos 4 a 6 años desde que una vaca queda contagiada con el prion dañino hasta que manifiesta los síntomas iniciales de la EEB. A esta fase se le conoce como “etapa de incubación”, tiempo durante el cual no hay modo de identificar casos de EEB con una simple inspección visual.
En cuanto un ejemplar comienza a exhibir síntomas de la enfermedad de las vacas locas, va empeorando su condición poco a poco cada vez más, hasta que el animal puede la vida. Ello se termina por suceder tras un periodo que va de las dos semanas al medio año. Hoy por hoy no existe tratamiento para atender los casos de EEB ni alguna vacuna para proceder a su prevención.
Cómo se contagian las vacas de la EEB
Las porciones corporales de la vaca que no se cocinan ni se consumen como alimento son deshidratadas y molidas hasta hacerlos polvo. Tal polvo posteriormente se utiliza para numerosos objetivos, inclusive como elemento integral en productos nutricionales para animales. Un ejemplar bovino se contagia con el prion anormal cuando consume tal alimento polucionado.
¿Hay peligro de contagio humano de la EEB?
Una vaca que tiene la EEB es muy posible que haya consumido ese alimento polucionado durante el primer año de su periodo de vida. También es muy probable que no exhiba algunos de los principales síntomas de la enfermedad de las vacas locas hasta que el ejemplar haya cumplido los cinco años o incluso más.
Ahora bien, ¿es posible que otros animales se contagien de la EEB? Los expertos e investigadores en estos temas han reportado centenares de casos de la enfermedad de las vacas locas en seres humanos. Lamentablemente todas estas personas perdieron la vida. Los investigadores piensan que estas personas se contagiaron al consumir alimentos elaborados con ejemplares vacunos contagiados de la enfermedad en cuestión.
También es importante mencionar que hay dos clases de EEB, la atípica y la clásica. Esta última es provocada por alimentos polucionados que se emplearon para nutrir a los ejemplares bovinos. Por lo que se refiere a la EEB atípica es bastante más rara y se presenta de modo espontáneo, por lo general en vacas con una edad de ocho años o incluso mayores.