De entre las enfermedades metabólicas más frecuentes de presentarse en el ganado vacuno destaca la hipocalcemia, la cual también es llamada de otras maneras como, por ejemplo, fiebre de la leche, paresia puerpal e hipocalcemia puerperal.
Se trata de una patología asociada con bajas concentraciones de calcio en el torrente sanguíneo. Se presenta como un severo problema de salud bovina que disminuye considerablemente la producción láctea de los negocios pecuarios. También se presenta con mayor severidad en las vacas que han parido ya.
Conozcamos más acerca de esta y otras graves enfermedades metabólicas en las vacas
Muchas de las enfermedades metabólicas más dañinas en granjas y criaderos bovinos están relacionadas con concentraciones de calcio bastante reducidas.
Conviene saber que el calcio es un elemento importante para el adecuado funcionamiento cardiaco de los ejemplares, así como también para la normal contracción muscular.
Por ello, la carencia de calcio puede motivar en el organismo eventos de disfunción neuromuscular, colapsos de tipo circulatorio y en ocasiones casos de desvanecimiento entre las vacas.
Por qué se presentan las enfermedades metabólicas en las vacas lecheras
En los corrales dedicados a la engorda y en los establos lecheros el proceso digestivo de los bovinos es sometida a un esfuerzo desmedido y entonces los ejemplares padecen un estrés extremo.
En estas circunstancias los procesos del metabolismo precisan de un adecuado manejo de la nutrición que se les ofrece a los visitantes.
Así entonces, cuando se altera el balance entre los aportes nutricionales de la dieta que se maneja en esa explotación para los bovinos y las necesidades alimenticias de los animales, o cuando son rebasados los límites de su particular fisiología, los ejemplares experimentan trastornos metabólicos que deben de ser identificados y corregidos en tiempo y forma.
El caso de la hipomagnesemia en las vacas
Las variaciones metabólicas a un extremo nocivo generan problemas sanitarios cuyos síntomas son identificados por los granjeros. En tales situaciones las vacas dejan de alimentarse, no consiguen ganar peso, nos ofrecen una menguada producción láctea y de no ser atendidos estos animales como es debido, pueden fallecer en tan solo unos cuantos días.
Un ejemplo preciso de la severidad que pueden alcanzar las enfermedades metabólicas de las vacas lo tenemos en la hipomagnesemia. Se trata de un problema metabólico de los bovinos que se manifiesta principalmente a través de escasas concentraciones de magnesio en el torrente sanguíneo.
Estamos ante un problema sanitario de considerable gravedad desde una perspectiva económica en tanto que la hipomagnesemia está considerada como una de las primeras causas de letalidad entre las poblaciones vacunas.
Cuáles son los principales síntomas que tiene la hipomagnesemia
Varios son los síntomas que motiva la hipomagnesemia en las vacas lecheras y que los responsables de las explotaciones pecuarias deben de saber identificar. Por ejemplo, destaca el apetito escaso, una patente agresividad, temblores en los músculos y finalmente el fallecimiento del ejemplar.
La variante más significativa de la hipomagnesemia es la llamada “crisis de tetania”.
El problema de la Hipofosfatemia en el ganado bovino
Es tiempo de comentar acerca de otra enfermedad relacionada con el metabolismo de las vacas lecheras. Nos referimos a la Hipofosfatemia.
Se presenta como consecuencia de alteraciones en el fósforo y las adecuadas cantidades en las que se debe hacer presente en el organismo del animal.
Los casos de Hipofosfatemia suelen presentarse más en circunstancias de abundante estrés metabólico con elevadas necesidades energéticas. Ello acontecería entonces en la lactancia, el parto, la gestación y el crecimiento del ternero.
El problema de la cetosis en las poblaciones bovinas
En este caso tenemos a una enfermedad metabólica de las hembras bovinas lactantes que suele propiciar síntomas como perdida de apetito, disminución de peso, letargo permanente, cetonemia, hipoglucemia y cetonuria entre otros más.
Las causas de la cetosis están vinculadas a una disminución de carbohidratos al inicio de la lactancia. Precisamente la cetosis se presenta como una secuela de la disminución del apetito, condición que a su vez se deriva de otras enfermedades bovinas como la mastitis o la metritis.
Algunos de los síntomas más representativos de la cetosis bovina son, por ejemplo, heces con mucosidades, estreñimiento, masticación extrema, fétido aliento, un comportamiento agresivo y una mirada extraviada y fija.