En las semanas iniciales de su vida, los perros experimentan una de las fases más importantes de su crecimiento, tanto físico como conductual. Es un tiempo clave para que estos animales se comporten bien durante el resto de su existencia.
De modo que, la socialización es un factor esencial para la felicidad de los canes, es una dinámica en su conducta que les permitirá crecer como perros felices, perfectamente adaptados y muy seguros. Si los cachorros conocen nuevos sitios o personas, si se ven expuestos a condiciones novedosas y poco conocidas durante esta fase de socialización en su más temprana edad, es muy posible que encare estas circunstancias sin sobresaltos y que no tenga problemas en tolerar cosas así en el porvenir.
Cómo ayudar a que el perro sea sociable
La mejor etapa para que el perro aprenda cosas importantes para su vida es alrededor de la semana 7 o de la semana 8. Esto continúa hasta que el animal llega a las 16 semanas de vida. Sin embargo, alrededor de la semana tercera los pequeños perros pueden tener la tendencia de aproximarse a la persona que los observe atentamente. Esta fase de curiosidad socializadora por lo general se extiende hasta los cinco meses de edad.
A lo largo de esta fase de su vida, los jóvenes perros deben enfrentar un auténtico caleidoscopio de sonidos, sensaciones, colores y formas nuevas sin que por ello demuestren temor alguno. En cambio, los cachorros que no experimenten estas vivencias tendrán mayores posibilidades de sentirse incómodos o alarmados cuando se vean en entornos o en circunstancias poco familiares. Estos animales durante el desarrollo de su personalidad, con el paso del tiempo, crecerán temerosos, agresivos y con escasa facilidad para la socialización.
Afortunadamente aún es posible revertir esta tendencia en el perro, incluso cuando ha pasado la primera etapa de su vida.
Cómo propiciar la sociabilidad del cachorro
Es tiempo de resaltar la valía que tiene la socialización para el desarrollo de un cachorro. La socialización implica el aprendizaje y la capacidad de integrarse a la sociedad. En el entorno de los cachorros, la socialización implica que logren sentirse a gusto cuando existan otros perros u otras personas alrededor suyo. Los jóvenes canes deben ser capaces de experimentar olores, sonidos, ambientes, y situaciones poco familiares sin que ello les ocasione problema alguno.
Los cachorros que encaren este desarrollo conductual de manera correcta deberán relacionarse con muchos otros animales, con distintas personas y en entornos muy variados sin tener problema alguno en ello. Aprender a socializar le permitirá a un joven perro adaptarse a cualquier vivencia novedosa de modo positivo. Aprender a socializar es clave para que el cachorro no sienta temor ante la presencia de los niños o ante la experiencia de ser transportado en un automóvil.
Cómo hacer que el cachorro se acostumbre a las personas desconocidas
Otra faceta importante para que el perro en sus primeras etapas de vida aprenda a socializar es que se deje sujetar. El animal debe tener presente que no hay peligro alguno en que se le acaricie o se le cargue, por supuesto, estando en un ambiente seguro. El cachorro debe acostumbrarse a que lo toquen, a que lo carguen. No obstante, es aconsejable ser pacientes con el perro en esta etapa de aprendizaje e incluso ofrecerle recompensas por mostrarse tranquilo.
Esta última capacidad para dejarse manipular también es indispensable para que nuestro perro no tenga problemas al ser examinado por el veterinario. Si uno acostumbra a un joven perro a la presencia y contacto del veterinario, esto será básico para que tenga una excelente higiene y limpieza. También ayudará a que el cachorro se someta sin problemas a los distintos tratamientos y curaciones que el especialista le recete.
No se debe forzar al cachorro, todo a su ritmo
Para conseguir todo lo anterior, para propiciar que nuestro cachorro aprenda a socializar de modo correcto, hay que transportarlo a distintos sitios, hay que llevarlo de paseo a lugares diferentes, en especial en automóvil. También es importante que el perro se aproxime a cosas nuevas y poco familiares al ritmo que más le convenga.
Es válido elogiarle continuamente y ofrecerle premios para que el can se anime al acercarse a personas distintas y objetos que no le resulten conocidos. Como quiera que sea nunca hay que forzar al perro a nada, ya que el proceso de socialización debe de llevarse a cabo en el perro de modo paulatino y natural.