Para el caso de tener una buena experiencia al criar gallinas, es conveniente seguir las mejores estrategias al respecto. Un punto esencial es la elección de la raza y la constatación del estado de salud de los ejemplares. Es algo que debe tomarse en cuenta antes de comprar cualquier gallina ponedora para nuestra granja. Ahora bien, para evaluar el estado de salud de las aves de corral se pueden seguir pautas como las que comentaremos a continuación.
Lo primero es constatar que la gallina se muestre activa: un ave de corral que se muestre dinámica es un animal que muy seguramente goza de excelente salud. También hay que atender la postura que tenga el animal, puesto que se trata de un indicador de su salud, de su bienestar corporal. Si una gallina ponedora exhibe una postura torcida o un tanto decaída, esto podría señalar que se encuentra en malas condiciones físicas.
Cómo identificar a las gallinas enfermas
Los ojos de las gallinas sanas suelen ser vistosos y vivos. Las aves de corral que no tienen problemas de salud no presentan restos de mucosidad en las narinas, tienen la cresta de vistosa tonalidad y un plumaje en buenas condiciones. Todos estos factores nos permiten conocer el estado físico de las gallinas que pretendemos comprar y a partir de ello tomar la mejor decisión al respecto.
No menos importante es la raza de la gallina. Para muchos criadores y granjeros es algo secundario, pero en tanto que se cuente con un negocio pecuario de amplias miras, lo mejor es decantarse por aquellas razas de gallinas que nos garanticen una mejor producción de huevos y carne.
Dónde colocar a los gallineros
Lo que sigue es saber dónde se deben instalar a las gallinas para que tengan seguridad y comodidad. En este punto es que el gallinero sobresale como un elemento imprescindible. Ahora bien, ¿cuáles son las características que debe tener un buen gallinero? Habitualmente todos los gallineros deben de cumplir con determinadas características, como, por ejemplo, tener un tamaño adecuado y la forma más propicia para la comodidad de las aves.
Aunado a lo anterior, los gallineros deben de estar elaborados con materiales impermeables; ofrecer la mejor ventilación posible; contar con una pequeña puerta; incluir perchas y ponederos y estar acondicionados para que las gallinas puedan pasar mucho tiempo en estos habitáculos, tomando en cuenta que las gallinas, para poner sus huevos precisan de 14 horas de luz solar cotidianamente.
Es tiempo de comentar más a fondo acerca de los cuidados y la alimentación que se les debe dar a las gallinas.
La nutrición de las gallinas ponedoras
Por ejemplo, hay que permitir que las gallinas salgan del gallinero cada cierto tiempo, en especial por la mañana, para que se ejerciten, para que deambulen y corran. No obstante, es básico que se las meta a los gallineros al anochecer para que no se vean afectadas por los animales depredadores. Permitir que las gallinas tengan un libre movimiento, que puedan tener paseos cuando lo deseen, es beneficioso para que nos ofrezcan huevos de la mejor calidad.
No menos importante es preparar las camas de las gallinas. Estas camas no son más que las bases sobre las cuales reposan las aves en el interior del gallinero. Las camas en cuestión pueden ser preparadas con distintos materiales, por ejemplo, las virutas de madera, trozos de paja, cáñamo, etc.
En cambio, no es conveniente usar como material para hacer las camas de las gallinas el heno, ya que resulta propicio para la aparición de hongos, mismos que pueden afectar gravemente la salud de las gallinas.
La higiene de las aves de corral
Otras recomendaciones para el buen cuidado de las gallinas ponedoras son las siguientes: permitirles que los animales tomen cada cierto tiempo baños de polvo; limpiar cotidianamente los gallineros, retirando las camas con la debida frecuencia; ofrecerles la alimentación adecuada y garantizarles una plena hidratación.
Finalmente, al recoger los huevos, hay que limpiarlos con detenimiento y siempre en seco. Además, una positiva práctica es la de preservar secas las virutas, para tener limpias las camas de las gallinas y así no sea preciso asear esta parte de los gallineros con tanta frecuencia.
La consistencia y dureza de los huevos dependerá de los cuidados que se les ofrezca a las gallinas ponedoras en las granjas o criaderos.