La yegua es un animal de granja que exhibe síntomas de celo cuando se presenta una patente producción de estrógenos. Estos últimos se generan con el crecimiento de un folículo en el interior del útero. A partir de este folículo, el óvulo queda liberado y lo que resta del folículo se convierte en un cuerpo de tipo lúteo. En caso de que el óvulo no quede fecundado, en el útero quedará deshecho este cuerpo lúteo y entonces la yegua iniciará un nuevo periodo de celo.
En caso de que el óvulo quede fecundado, este cuerpo lúteo integrado en el ovario vera surgir la progesterona indispensable para preservar activa la gestación del embrión en el útero de la yegua hasta que se cumpla el día 140 de la gestación.
La correcta gestación de los potros
En cuanto la yegua queda inseminada, algunas horas después algunos espermatozoides han logrado arribar al oviducto, el cual no es más que un diminuto conducto que vincula el ovario y el útero. Justo en este pequeño espacio se lleva a cabo la fertilización del óvulo con un espermatozoide y desde este punto iniciará la dinámica de división celular, es decir, el paulatino desarrollo embrionario. Con el tiempo el embrión descenderá por el mencionado oviducto llegando al útero unos cinco días posteriores a la ovulación.
Por supuesto, para que la yegua logre una positiva gestación de su cría, la yegua debe mantenerse con una buena alimentación a partir de una dieta perfectamente balanceada. Resulta indispensable realizar ecografías cada cierto tiempo, en especial en los primeros meses de la gestación embrionaria.
Medidas para la protección de la yegua preñada
En cuanto los criadores constatan que la yegua se encuentra preñada, si acaso esta última pierde el embrión y no se obtienen estas regulares ecografías, entonces los dueños de la explotación perderán prácticamente un año aguardando que la yegua de a luz a un potro que nunca llegará. De allí que resulta indispensable obtener estas periódicas ecografías para saber si la gestación ha fallado en la primavera o verano para después volver a cruzar al animal y no perder un año entero.
Una vez que ha concluido el periodo más propicio para el cruce, los mencionados controles ecográficos pueden realizarse cada vez más espaciados. Si el feto se ha perdido, lo mejor es esperar al inicio de la siguiente temporada para volver a intentarlo.
Conviene tomar en cuenta algo importante, en las últimas etapas de la gestación la yegua tiene necesidades corporales más pronunciadas, por lo cual, será preciso aumentar un tanto más la ración cotidiana de alimento que se le ofrece al animal.
La nutrición de la yegua preñada
Vale la pena reiterar la importancia que tienen los cuidados que se le brinden a la yegua durante los primeros meses de la gestación. De hecho, en las dos terceras partes de este periodo, el animal tendrá una moderada necesidad energética y proteínica y con un eficiente complemento vitamínico y mineral y abundante forraje, o con un pienso de buena calidad, será suficiente para atender los requerimientos nutricionales del equino.
La yegua es un animal que da a luz a su cría del modo más natural, estando en algún prado. Aunado a lo anterior, los potros aprenden de modo más sencillo en este entorno, si bien, en contraparte, las personas encargadas de cuidarlos tienen menos control para solucionar los distintos problemas que pudieran presentarse con relación al cuidado de estos jóvenes equinos.
Cómo atender a las yeguas preñadas y a las crías recién nacidas
En este último sentido, los potrillos criados en los prados pueden escapar de los espacios cercados y lastimarse con alambres o cualquier otro objeto, o bien, no alimentarse como es debido. También pueden caerse en zanjas o en arroyos, etc. De la misma manera, es preciso tomar las medidas necesarias para que otros equinos no molesten o agredan al potrillo o a su madre, tras haber acontecido el parto.
Por lo que se refiere a las yeguas que por lo general dan a luz a sus crías en la cuadra, se trata de animales que requieren de un espacio suficiente y conveniente para esta natural tarea. En este caso, es preciso acondicionarles una zona de aproximadamente unos 3.5 por 3.5 sin que tenga barras o aristas que puedan lastimar a las yeguas o a sus crías.