En la cotidianidad, las mascotas desempeñan un papel muy importante para los seres humanos, en especial porque, por un lado, tener un animal de compañía se ha transformado en una verdadera necesidad, y por otra, esta clase de animales son más que simples animales, logrando transformarse en auténticos y valiosos integrantes de la familia.
En años recientes, se han realizado distintas investigaciones acerca de la relevancia de tener animales de compañía, principalmente por el impacto tan positivo que tienen para la salud física y mental de las personas.
Con respecto a lo anterior, hay que apuntar lo siguiente: es valioso tener un animal de compañía para solventar de modo más sencillo problemáticas psicoafectivas como la sensación de soledad, el estrés y otras similares.
Además, cuidar a una mascota también es beneficioso para disminuir los niveles de triglicéridos y de colesterol, así como también para mantener saludable al sistema inmune.
Hay algunos investigadores que han detectado algo revelador: con tan solo acariciar a un can en ocasiones disminuye bastante la presión arterial, tanto del animal como de la persona que lo mima.
La cantidad de animales de compañía ha ido aumentando bastante en años recientes, principalmente por factores como la necesidad de vigilancia en las casas; el crecimiento demográfico, y la necesidad de aliviar tensiones en los hogares disfuncionales.
El aumento poco controlado de la población de mascotas tiene negativas repercusiones en la salubridad pública, además de desencandenar complicaciones socioeconómicas, políticas y otras relacionadas con el bienestar de los animales. De allí que resulte prioritario manejar un control de natalidad en mininos y canes, por medio de técnicas relacionadas con la esterilización veterinaria.
Llegar a ser propietarios responsables tiene que ver con el respeto a los animales elegidos como mascotas, para de esa manera detectar sus necesidades emocionales y físicas y con ello ofrecerles el mejor trato posible.
Poder y querer tener un animal de compañía
Meditar con detenimiento nuestras reales posibilidades de adoptar y cuidar como es debido a un perro, gato o animal exótico, es algo indispensable de realizar antes de proceder con esta decisión.
De manera previa a la adopción de una mascota, se deben tener en cuenta un conjunto de circunstancias, las cuales son más que relevantes para llegar a ser un propietario responsable de cualquier animal de compañía.
Los expertos en estas temáticas han mencionado cinco libertades básicas de los animales que deben ser respetadas en todo momento:
Una mascota debe estar libre de problemáticas como el hambre, la sed y una deficiente nutrición.
También debe ser ajena a incomodidades con respecto al espacio en donde habite, mismo que deberá de ofrecerle la debida protección.
Un animal de compañía también debe de estar libre de enfermedades y dolores
Para su bienestar mental y físico una mascota debe de ser libre de manifestar su natural comportamiento
Finalmente los animales de compañía deben verse libres de experimentar toda clase de estrés y temores que afecten su estabilidad emocional.
La valiosa experiencia de tener un animal de compañía
Adoptar a una mascota y considerarla como un novedoso integrante del grupo familiar es indudablemente una auténtica aventura. Se trata de animales capaces de llenar de ternura y buenos momentos a los hogares en donde se les adopte.
Por otra parte, en fechas recientes numerosas familias han decidido adoptar numerosas especies consideradas como poco usuales y otras un poco más convencionales. Son animales de especies que precisan de cuidados especiales según sus características.
Para ello, es indispensable conocer el comportamiento de cada raza y especie que se tenga el deseo de contar en casa.
Cada especie animal precisa de un entorno diferente y habita en un ambiente particular. Cualquier alteración en esta circunstancia complica mucho que el animal logre adaptarse en poco tiempo, tras su llegada a una nueva casa.
Por ello es aconsejable considerar el tamaño de la mascota que se pretende adoptar, con respecto al tamaño de la casa en donde habitará ese perro o gato.
De ser preciso y si se tienen las condiciones y recursos para ello, habrá que realizar las debidas adecuaciones en esos hogares, optimizando su estructura para que el bienestar y la felicidad de esa mascota queden garantizadas al máximo posible.