Las gallinas de granja, en especial aquellas criadas ex profeso para la comercialización de huevos, precisan de una dieta bastante equilibrada. La alimentación que reciba una gallina ponedora debe de estar orientada de acuerdo con la etapa productiva en la que se encuentre. De modo que cotidianamente obtenga a través del alimento los principales nutrientes que requiere.
La estrategia alimentaria que se siga con las gallinas ponedoras tiene un rol clave en el posible éxito que pueda tener una explotación dedicada a la cría de aves de corral.
Diseñando un plan de producción en una criadero de aves de corral
Los planes de producción de huevos marrones o blancos han ido cambiando de manera considerable con el paso del tiempo. Por este mismo motivo la nutrición de las gallinas ponedoras ha ganado relevancia y se ha perfeccionado, en especial en la última década. Las modificaciones principales en la dieta ofrecida a las aves de corral en años recientes están relacionadas con la edad de las gallinas al momento de llegar a su madurez. Esta última ha ido reduciéndose de manera gradual en una tendencia de un día al año.
Numerosos productores de huevos de gallina hasta muy recientemente se han percatado de este fenómeno de madurez anticipada, más que nada porque las estrategias de producción que se usan normalmente ya no están resultando tan efectivas como en otros tiempos. Este se hace patente especialmente en la producción de huevos marrones.
Cómo debe ser la dieta de una gallina de granja o criadero
Una buena dieta para las gallinas ponedoras debe ser capaz de satisfacer su hambre, de modo que los responsables del cuidado de estos animales en una granja o criadero deben de enfocarse a la estimulación del apetito de estas aves. Una estrategia conveniente para ello es variar el alimento que se les ofrece a las gallinas, lo cual es mejor hacerlo en las fases iniciales de la producción. Incluso si esta modificación en la dieta de las gallinas se lleva a cabo cuando las gallinas tienen 21 semanas de edad, esto no propicia diferencias en el huevo que se obtiene, ni en la clara o yema, ni en la cáscara.
La alimentación de una gallina al llegar a su madurez
Una vez que una polla comienza su etapa productiva al poner huevos es necesario estimular su apetito, usando para ello recursos como el ácido acético combinado con agua en bajos niveles. Esto se debe llevar a cabo moviendo los comederos o humedeciendo ligeramente el concentrado. Otra estrategia para despertar el hambre en las gallinas es ofrecerles alimento en varias tomas cotidianamente. También se acostumbra a alimentar a las gallinas en los periodos más frescos del día.
De lo anterior se desprende la llamada “alimentación de media noche”, es decir, ofrecerles a las aves alimento cuando las condiciones del medio ambiente son extremas y se cuenta con suficientes fuentes de luz artificial. Cabe recordar que cuando la temperatura es fresca las aves ponedoras tienen una tendencia más acentuada para consumir su alimento.
El ambiente, el clima y la alimentación de las gallinas
En los periodos más calurosos del año una estrategia conveniente es hacer la dieta de las gallinas más palatable. Para conseguir lo anterior se puede utilizar como recurso la melaza, aceite vegetal o sencillamente un poco más de agua agregada al alimento que se les ofrezca a las aves ponedoras. Es importante que no se ponga rancia la comida de las gallinas por este complemento agregado y para ello se le debe agregar también algún antioxidante. Resulta básico conservar la frescura del alimento para que la gallina obtenga el mejor aprovechamiento de su comida.
Optimizando la dieta de las gallinas en una granja o criadero
Ahora bien, la alimentación que se le ofrezca a una gallina ponedora no solamente precisa de una cuidadosa planificación para que resulte eficaz, sino incluso un programa completo para que los animales alcancen un peso adecuado. También es importante que las aves lleguen a su madurez a una edad lo suficientemente rentable para los propietarios de esa explotación. Es indispensable que durante su fase de postura la alimentación de una gallina le garantice los nutrientes indispensables para la mejor producción y desarrollo de los huevos.