Mucho es lo que conviene comentar acerca de la eutanasia, en especial para quienes aspiran a llegar a ser responsables cuidadores de mascotas. Por eutanasia nos referimos al procedimiento de la medicina veterinaria capaz de propiciar la muerte de una mascota por mecanismos indoloros y no crueles. Suele aplicarse en casos de enfermedades sin curación posible.
Someter a un animal de compañía a la eutanasia implica una de las decisiones más difíciles de afrontar tanto para los propietarios de mascotas como para los veterinarios. Lo complicado de este dilema tiene que ver con la aceptación de la muerte del animal como la mejor alternativa posible.
Comprendiendo la eutanasia en el perro
Para encarar y transitar este procedimiento, es indispensable tener conocimientos certeros acerca del mismo, es esencial entenderlo desde un enfoque ético, como también desde una perspectiva médica. De allí que la información siguiente resulta bastante valiosa para obtener una visión más completa acerca de la eutanasia canina y sus posibles implicaciones morales y emocionales.
La eutanasia canina desde un enfoque etimológico
La palabra eutanasia tiene raíces griegas en tanto que proviene del griego “eu” que quiere decir “buena” y “thanatos” que quiere decir “muerte”. De manera que el vocablo eutanasia quiere decir “buena muerte”.
En términos generales, la eutanasia se perfila como la medida veterinaria capaz de propiciar la muerte de un animal de compañía para evitarle sufrimiento sin sentido como secuela de una severa lesión o de una enfermedad sin posible cura. Cuando las circunstancias son imposibles de afrontar para la salud de nuestra mascota, cuando no hay ya opciones de curación, entonces llego el momento de considerar la eutanasia como una opción viable para aliviar el dolor de nuestro perro.
Variedades de la eutanasia veterinaria
En lo que se refiere a los canes, la eutanasia canina puede ser practicada en dos modos distintos: la eutanasia pasiva y la eutanasia activa. Esta última se realiza produciendo el fallecimiento del can a través de la aplicación de un medicamento con fines eutanásicos. Por lo que se refiere a la versión pasiva de este procedimiento, no suele emplearse medicamento alguno para producir el fallecimiento de la mascota, sino que se procede a retirar cualquier recurso veterinario enfocado a prolongar la existencia del perro.
En lo que se refiere a esta última modalidad de la eutanasia tiene como objetivo acelerar el fallecimiento del can.
Cómo se lleva a cabo la eutanasia canina
Habiendo mencionado cómo se realiza la eutanasia pasiva, en lo que se refiere a la versión activa, hay que detallar las tres fases en la que se desarrolla:
En primera instancia tenemos la sedación, etapa en la cual se aplica una inyección intramuscular para conseguir el adormecimiento del perro. Es una medida enfocada en disminuir la conciencia del can, aun cuando este último aún sea capaz de percibir lo que sucede en su entorno a través de los sonidos, aromas y demás sensaciones.
En una segunda etapa se aplica la anestesia general al perro. Para ello, el especialista ocupará un catéter intravenoso para la administración de un fármaco y así conseguir la anestesia general del perro. Lo anterior se lleva a cabo de la misma manera que se procedería con respecto a una cirugía.
Esta segunda inyección consigue que el animal ingrese en un estado anestésico de gran profundidad, al grado de que deje de captar hasta el mínimo estímulo. De modo que a partir de esta fase el can ya no tendrá consciencia y por lo consiguiente serpa incapaz de sentir nada.
Por último, el veterinario aplicará el medicamento eutanásico, mismo que genera una detención cardiaca en apenas segundos. El fármaco en cuestión suele administrarse por vía intravenosa empleando para ello el catéter que el animal ya tiene colocado.
El sufrimiento experimentado por el perro por medio de la eutanasia
Una cuestión importante relacionado con este apartado tiene que ver con el tiempo en el que se demora en concretarse la eutanasia en el perro. Por lo general, el medicamento eutanásico aplicado por inyección tendrá efecto en apenas treinta segundos. Por otra parte, si el procedimiento de eutanasia es efectuado correctamente por el veterinario, los canes no padecen sufrimiento alguno.