Ciertamente, los caballos no pueden hablar, pero en realidad no requieren de ello. Esta clase de animales tiene una particular capacidad de comunicación bastante considerable. Por supuesto, es una vía de interacción que nada tiene que ver con el lenguaje humano: se presenta específicamente como una serie de sonidos, movimientos y signos. Con ello, cada ejemplar consigue comunicarse con los demás animales que le rodean, sin problema alguno.
Por supuesto, conocer lo mejor posible acerca de la comunicación equina es importante y necesario para ofrecerles a estos animales los mejores cuidados en granjas y criaderos. Justo por ello dedicaremos los párrafos siguientes para ahondar en ese tema.
Animales sociales en los ambientes pecuarios
Desde sus orígenes más remotos como especie, el caballo se ha comportado como un animal de capacidad social. Lo anterior implica que el caballo desde siempre ha tratado de integrar grupos de ejemplares para garantizar su propia supervivencia.
Para protegerse de los ataques de los depredadores el caballo ha tratado de agruparse con otros animales de su especie. Esta interacción ha propiciado la aparición de un lenguaje especial para comunicarse entre los equinos mensajes y advertencias acerca de distintas amenazas que pudieran afectarlos.
La comunicación del caballo con las orejas
Así entonces, el caballo ha elaborado un intrincado sistema de comunicación aprovechando sus cinco sentidos. Para el caballo las patas, cara, manos y orejas son elementos adecuados para interactuar con otros ejemplares y con los humanos.
Basta con observar un poco a los caballos para captar cómo es que sus orejas permanecen en ininterrumpido movimiento. Esta dinámica incluye un conjunto de posturas para tratar de comunicarse con los demás caballos, buscando compartir sus diferentes estados de ánimo. Por ello es indispensable conocer cuáles son algunas de estas posturas de las orejas caballunas.
Por ejemplo, cuando el caballo está tranquilo tiene las orejas con las aberturas orientadas hacia adelante y hacia afuera. En cambio, si tiene las orejas en posición vertical, eso es un indicio de que el animal siente temor.
Las orejas orientadas hacia atrás nos señalan que el caballo se encuentra irritado, mientras que las orejas colocadas en sentidos distintos indican que el caballo no ha comprendido lo que se le ha pedido o indicado.
Los sonidos equinos y la comunicación
Por otra parte, el caballo emite variados sonidos con los cuales trata de manifestar diferentes estados de ánimo. Varias son las manifestaciones acústicas que emiten los caballos, de entre los cuáles destacan los relinchos y resoplidos.
El olfato y los movimientos corporales de los caballos. Para brindarle los mejores cuidados al caballo, es preciso conocer cuáles son esos sonidos y también cómo se relacionan con determinadas posturas del cuerpo y en ciertas circunstancias.
Principales sonidos de los caballos
Los relinchos por lo general son usados por los equinos para señalar su presencia ante el resto de la manada, en especial cuando se han apartado de los demás ejemplares. También cuando la persona que cuida al caballo se aleja de su proximidad, el equino relinchará para avisar en donde se localiza.
Cuando los caballos emiten resoplidos realizan emanaciones de aire a través de su nariz. Los resoplidos (a los cuales también se conocen como piafes) se presentan cuando el animal experimenta una sensación de alarma o de frustración. También cuando el caballo se ve ante una situación poco conocida o ante objetos extraños que lo alarmen.
Finalmente tenemos el caso de los resuellos, a los cuáles los expertos en el cuidado de los equinos consideran como los sonidos de advertencia más frecuentes de escuchar. Los caballos resuellan cuando se presentan olores, sonidos u elementos que representan algún peligro en su cercanía.
Los resuellos en los caballos suelen presentarse acompañados de posturas corporales que manifiesten una preparación para la huida o una situación de nerviosismo.
Otras partes del cuerpo que sirven para la comunicación equina
Las distintas zonas corporales del caballo y la manera en la que son movilizadas nos revelan la manera en las que el animal nos comunica diferentes sentimientos y mensajes.
Por ejemplo, el movimiento de la cola en los caballos es por demás revelador: si la balancea, ello no quiere decir, como en el caso de los perros, una sensación de alegría. Por el contrario, si el caballo, lo hace, ello quiere decir que el animal se siente agotado y que no puede ofrecer más de sí.