Para que un veterinario pueda intervenir adecuadamente para combatir una enfermedad en el ganado bovino, lo primero que debe de hacer es conseguir un diagnóstico. El objetivo de este procedimiento es determinar las causas que propician cierta enfermedad. El éxito que tenga un posible tratamiento impedirá la propagación de esa enfermedad en una granja o criadero bovino.
Casi siempre las etapas para conseguir un correcto diagnóstico incluyen un minucioso historial clínico y una adecuada inspección física de los ejemplares. De ser necesario puede utilizar recursos como los exámenes de laboratorio.
En lo que sigue comentaremos cuáles son algunas de las enfermedades que afectan más a los emprendimientos pecuarios y cómo se les combate gracias a la veterinaria contemporánea.
Mastitis o mal de ubres
Se presenta como una enfermedad altamente infecciosa y de origen bacterial. Es capaz de afectar a todas las hembras de los animales mamíferos. Por sus características y las consecuencias que desencadena en los emprendimientos pecuarios se perfila como un grave problema económico.
La mastitis es producida por numerosos agentes como parásitos, virus, hongos y bacterias, aunque con frecuencia los estreptococos son los causantes de este problema en los establos ganaderos.
Cómo se presenta la paratuberculosis en el ganado bovino
Se trata de una enfermedad infecciosa de origen bacterial que es producida por el microorganismo denominado Mycobacterium paratuberculosis. Se le puede hallar en todos los continentes y es capaz de sobrevivir durante más de doce meses fuera del cuerpo de algún organismo.
La Paratuberculosis se manifiesta a través de edemas intermandibulares, perdida progresiva de peso, una disminución en la producción láctea, diarrea aguda y en los casos más graves se afecta el estado general del ejemplar al máximo.
El tratamiento que se debe seguir para combatir a la Paratuberculosis tiene como fundamento la vacunación de terneros. También es provechoso disminuir las excreciones fecales en los establos.
La incidencia de esta enfermedad clínica puede disminuirse si los becerros apenas tras nacer son separados de las vacas y de cualquier otro elemento polucionado. Cabe tener presente que la Paratuberculosis también ha sido detectada en algunos seres humanos.
El problema de la Corinebacteriosis
A esta enfermedad también se le conoce como cistitis infecciosa, o pielonefritis infecciosa de los bovinos. También estamos ante una enfermedad de origen bacterial producida en este caso por el microorganismo Corynebacterium renale. Destaca por su elevado potencial de contagio y el modo tan grave en el que afecta el sistema urinario de los bovinos.
Cabe ponderar que la Corinebacteriosis es una enfermedad que puede hallarse en todo el orbe. En nuestro país se le ha detectado en repetidas ocasiones. Las vacas que recién han tenido a sus crías son los ejemplares más afectados por esta enfermedad.
La Corinebacteriosis se esparce desde bovinos portadores a ejemplares saludables por medio de la orina salpicada, insectos como las moscas, las manos del especialista veterinario (el cual revisa a vacas enfermas y luego examina a vacas sanas sin seguir las adecuadas medidas de asepsia) y camas poco aseadas.
Para el tratamiento de esta enfermedad suelen utilizarse infecciones de penicilina o tetraciclinas.
Por lo que se refiere a las mejores medidas de prevención para combatir a la Corinebacteriosis, lo mejor es poner en cuarentena a los ejemplares nuevos. También hay que realizar una separación entre los animales saludables de los animales que están contagiados de este microorganismo.
Lo que sigue es desinfectar los espacios donde se concentran los animales, evitar las aglomeraciones de moscas y utilizar guantes nuevos cuando se efectúen inspecciones clínicas.
El problema de la Pododermatitis
A esta enfermedad también se le conoce como la necrobacilosis, la aguadura y la pododermatitis gangrenosa. Tiene un elevado nivel de contagio. Es producida por el microorganismo Fusobacterium, mismo que genera, por lo general, una condición crónica. No solo afecta a los rumiantes, sino también a los équidos.
El agente bacteriano cuando llega a zonas de tejido vivo como el tejido podofiloso o el coninete plantar, propicia una necrosis, la cual es capaz de llegar hasta las estructuras óseas.
El tratamiento para atender esta enfermedad de los bovinos puede presentarse en tres vertientes: médico, local y quirúrgico. Y para prevenir la Pododermatitis lo mejor es el adecuado drenaje y limpieza de los pisos en las explotaciones pecuarias.