La anorexia en el can se presenta como la carencia total de los deseos de alimentarse por parte del animal. Es una falta absoluta de apetito en el can y un síntoma asociado a distintas patologías. Por lo consiguiente, no estamos ante una enfermedad en sí, sino ante una manifestación de cierta enfermedad en específico.
La anorexia en los canes se manifiesta como una carencia absoluta de apetito. No se considera una enfermedad como tal, sino un síntoma clínico que se presenta con diferentes enfermedades. Para atenderla es preciso conseguir un diagnóstico específico de la patología que la está produciendo. El veterinario es quien debe brindarle al animal una alimentación más palatable a fin de aumentar sus ganas de consumir comida. De ese modo se busca aumentar su apetito y también su deseo por la comida.
Una cuestión importante es la de cómo saber si un can padece de anorexia si no comprendemos las variedades que tiene este signo clínico. En este sentido, para determinar si un can está experimentando verdaderamente la anorexia es necesario diferenciar entre dos términos importantes: disrexia e hiporexia.
Por hiporexia debe de entenderse la disminución parcial de las ganas de alimentarse o un interés menguado por el alimento, a diferencia de lo normal. La disrexia, por su parte, se relaciona más con un apetito sujeto al capricho, una condición por la cual el can rehúsa su alimento normal, pero gusta de consumir otra clase de comida.
Es preciso conocer más a fondo el problema de la anorexia en las mascotas y cómo se le combate por medios veterinarios.
Comprendiendo los alcances de la anorexia canina
Cuestiones importantes relacionadas con la anorexia en el can son, por ejemplo, cómo se presenta este problema, como se puede saber si un perro padece de tal complicación, cuáles son las principales causas de la anorexia en el perro, cómo se diagnostica la anorexia canina, cuál es el tratamiento que debe seguirse ante ello y cuáles son algunos de los remedios que se utilizan en los hogares para eliminar esta complicación.
La anorexia se perfila como una carencia plena de interés por el alimento, es decir, una pérdida total de apetito. Se considera a la anorexia como un síntoma asociado a variadas patologías. No es posible comentar acerca de síntomas de anorexia en el perro, ya que, como se mencionó anteriormente, es más bien un signo clínico y no una enfermedad como tal. Tomando en cuenta lo anterior, se puede saber si un can tiene anorexia o no, cuando deja de comer totalmente durante un tiempo prolongado y cuando experimente una patente perdida de peso.
Anorexia por hipopotasemia en el perro
La hipopotasemia se presenta como la reducción de los niveles de potasio en el torrente sanguíneo. En los canes esta problemática suele acontecer por una carencia renal de potasio (en los casos de acidosis tubular y enfermedad renal crónica) y por carencias gastrointestinales por haberse presentado vómitos o abundantes diarreas. Ello se debe a que los contenidos gastrointestinales tienen abundante potasio.
Los canes que sufren de hipopotasemia suelen manifestar una disminución del apetito y un aumento en los deseos de beber H2O. Otros síntomas relacionados con esta problemática son la taquicardia, confusión, letargo, abundante debilidad muscular, y la mencionada poliuria.
Canes con decaimiento y anorexia
Delgados y tristes suelen mostrarse los perros que no quieren consumir alimento por padecer de anorexia. Es una condición que puede estar asociada a distintos factores, como, por ejemplo, diferentes trastornos digestivos, los cuales generan tanto malestar interno al animal que lo orillan a dejar de alimentarse.
Por lo general estos casos suelen ser pasajeros y no se agravan con la aparición de otros síntomas, aunque en los casos que no cambia la situación es necesario llevar al can con el veterinario. Ello se debe a que en numerosas ocasiones el decaimiento en el perro puede estar vinculado con la presencia de algún parásito interno.
Faringitis como causante de falta de apetito en el perro
En este caso tenemos una inflamación de la garganta del can. Con frecuencia afecta a las amigdalas y también a la faringe. Es habitual que tales afecciones se encuentren vinculados a infecciones de las vías respiratorias o infecciones orales.
Cuando se presentan casos de faringitis nos percataremos que el animal da la apariencia de tratar saliva repetidamente además de padecer fiebre y tos. Los perros con esta enfermedad exhiben poco apetito y tienen la garganta inflamada, con abundantes secreciones. Por supuesto, un cuadro así amerita inmediatas atenciones veterinarias.