Mantener a una mascota entretenida puede ser algo complicado, y es que, si se tiene un perro o incluso un minino demasiado inquieto y nervioso, hacer que se encuentre entretenido puede ser algo difícil en algunas ocasiones.
No debemos olvidar que un animal de compañía aburrido es la antesala de tener una mascota con mal comportamiento. Y si a lo anterior agregamos nuestra ausencia, entonces con gran seguridad que pronto hallaremos destrozos en los muebles o en otros elementos del hogar debido a la ansiedad del perro para mitigar el tedio.
Para el correcto cuidado de las mascotas resulta valioso conocer valiosas referencias sobre la etología de los animales domésticos. Acerca de ello comentaremos con más detalle en el presente texto.
Etología y socialización canina
Los canes que experimentan complicaciones en su normal socialización, se vuelven progresivamente menos propicios a la interacción con otros animales y personas que no les resultan conocidas. Con ello, los modales de esta mascota se van deteriorando cada vez más.
De no ser corregido este problema en tiempo y forma, ello puede derivar en graves problemas de seguridad tanto para el perro en cuestión, como también para las personas que lo cuidan en el hogar.
Para los perros que han desarrollado complicaciones severas en su proceso de socialización, las medidas de refuerzo positivo integran una vía confiable para conseguir la rehabilitación de esa mascota.
Ciertos expertos en el adiestramiento canino visualizan estas problemáticas de comportamiento del perro como una especie de rompecabezas que debe de ser resuelto. Y lo más importante, tratando a los canes como individuos y con el interés con el cual se apoya a un ser humano en problemas.
Comunicación equina en los espacios pecuarios
El caballo ha elaborado un intrincado sistema de comunicación aprovechando sus cinco sentidos. Para el caballo las patas, cara, manos y orejas son elementos adecuados para interactuar con otros ejemplares y con los humanos.
Basta con observar un poco a los caballos para captar cómo es que sus orejas permanecen en ininterrumpido movimiento. Esta dinámica incluye un conjunto de posturas para tratar de comunicarse con los demás caballos, buscando compartir sus diferentes estados de ánimo. Por ello es indispensable conocer cuáles son algunas de estas posturas de las orejas caballunas.
Por ejemplo, cuando el caballo está tranquilo tiene las orejas con las aberturas orientadas hacia adelante y hacia afuera. En cambio, si tiene las orejas en posición vertical, eso es un indicio de que el animal siente temor.
Las orejas orientadas hacia atrás nos señalan que el caballo se encuentra irritado, mientras que las orejas colocadas en sentidos distintos indican que el caballo no ha comprendido lo que se le ha pedido o indicado.
El comportamiento y la comunicación porcina
En lo que se refiere a la comunicación entre los cerdos, cuando se encuentran ante un posible peligro, suelen emitir ciertos sonidos que emplean a manera de alarma. Se sabe que los cerdos pueden comunicarse entre ellos utilizando veinte sonidos distintos y acostumbran a imitar los sonidos que hacen otros ejemplares de la piara.
Estudios recientes indican que el cerdo tiene una inteligencia equivalente a la de un perro o a la de un pequeño humano de tres años de edad. Los cerdos exhiben una gran memoria y la capacidad de seguir a sus compañeros en sus modos de actuar. También son capaces de retener imágenes en su mente durante tiempos prolongados, reconocer su nombre y soñar al dormir.
Estrés y etología en el gato
Un gato estresado mostrará síntomas bastante específicos: dilatación de las pupilas, agitación extrema, una posición corporal enroscada, higiene exagerada y poco normal, talante agresivo, eventos en los cuales el gato depositará sus heces y su orina fuera del arenero, etc. Aunado a lo anterior, razas mininas como la birmana o la siamesa expresarán su estrés mordisqueando de modo persistente prendas de lana o de tejidos similares.
En este punto conviene señalar qué se puede hacer para combatir al estrés en los gatos. Lo mejor en este sentido es acudir lo más pronto posible con un experto en etología, es decir, un veterinario con experiencia en el comportamiento animal. Este especialista seguramente sabrá identificar las mejores soluciones para este problema por medio de modificaciones conductuales en el modo de ser del gato.
Es importante el papel que juegue el dueño del animal señalando al experto cuando comenzaron los síntomas de estrés en esa mascota y bajo qué circunstancias. También puede ayudar a la reducción del estrés corporal del gato cortando las uñas demasiado largas de sus patas y desparasitándolo convenientemente.