La artrosis o enfermedad degenerativa del cartílago articular es una condición común en canes mayores y puede causar dolor significativo.
Este proceso degenerativo afecta las articulaciones y puede ser especialmente doloroso cuando el hueso subyacente queda expuesto debido al desgaste del cartílago.
Conozcamos más acerca de la artrosis y otras posibles causas de dolor en el can
Condiciones que propician los casos de artrosis canina
El organismo del can puede responder creando más hueso alrededor de la articulación en un intento de reducir la fricción y aliviar el dolor. Sin embargo, este proceso de formación de hueso adicional, conocido como osteofitosis, puede llevar a cambios en la estructura de la articulación y a la formación de espolones óseos.
El desequilibrio de cargas y la compensación que se produce en otras partes del cuerpo debido a la limitación de movilidad en la articulación afectada pueden causar dolor adicional.
Cómo ayudar a un perro con dolor por artrosis
Es esencial que los dueños de mascotas estén atentos a los signos de dolor en sus perros y busquen la atención veterinaria adecuada. El veterinario puede realizar un diagnóstico preciso mediante exámenes físicos, radiografías u otras pruebas, y luego recomendar un plan de tratamiento que puede incluir medicamentos para el dolor, cambios en la dieta, terapia física o, en algunos casos, cirugía.
El cuidado temprano y adecuado puede ayudar a mejorar la calidad de vida de los perros que sufren de artrosis y otras afecciones articulares.
Problemáticas físicas causantes de dolor en los canes
Si tu can está gritando de dolor de repente o se queja sin motivo aparente, es importante prestar atención a las posibles señales de malestar. En lo que sigue mencionaremos algunas razones comunes por las cuales un perro puede experimentar dolor repentino.
Lesiones físicas
Tu can podría haber sufrido una lesión, como una torcedura, una fractura, o haberse lastimado de alguna manera. Observa si cojea, evita poner peso en una pata o muestra sensibilidad al tocar una parte específica de su cuerpo.
Problemas dentales
El dolor dental puede hacer que un perro llore o se queje. Revisa su boca en busca de signos de inflamación, mal aliento o problemas en los dientes y encías.
Problemas gastrointestinales
Los problemas estomacales o intestinales, como la presencia de gases o cólicos, pueden causar malestar abdominal y manifestarse con quejidos.
Malestar general
La fiebre, infecciones o enfermedades sistémicas pueden hacer que un can se sienta incómodo y dolorido.
Dolor crónico
También es posible que tu can haya estado experimentando dolor de manera crónica, y ahora ha llegado a un punto en el que es más evidente. Esto podría estar relacionado con condiciones como la artritis o problemas de columna.
Insectos o picaduras
Mordeduras de insectos o picaduras pueden causar dolor agudo y provocar que tu perro se queje.
Malestar emocional
En algunos casos, el dolor o el malestar pueden estar relacionados con el estrés o la ansiedad. Los canes también pueden manifestar sufrimiento emocional a través de vocalizaciones.
Ante cualquier signo de dolor o malestar en tu can, es crucial llevarlo al veterinario lo antes posible. El veterinario podrá realizar un examen físico, realizar pruebas diagnósticas si es necesario, y recomendar un tratamiento adecuado. Ignorar el dolor o retrasar la atención médica puede empeorar la condición de tu mascota.
Las fracturas y el dolor en los canes
Las fracturas son lesiones graves que pueden causar un dolor intenso en los perros. Estas roturas de uno o más huesos pueden ocurrir como resultado de diversos eventos, como caídas, accidentes automovilísticos, peleas con otros animales o cualquier trauma que aplique suficiente fuerza para fracturar el hueso.
Los canes afectados por fracturas suelen mostrar signos de dolor, y puede ser común que chillen o gruñan cuando intentas tocar o manipular la zona afectada.
Es importante destacar que las fracturas pueden ocurrir en diversos huesos del esqueleto, no solo en las patas. Las fracturas de la pelvis, las costillas, la mandíbula u otros huesos pueden causar síntomas específicos.
Las fracturas de costillas pueden llevar a dificultades respiratorias.
Ante la sospecha de una fractura, es crucial buscar atención veterinaria de inmediato. El veterinario realizará pruebas de diagnóstico, como radiografías, para evaluar la extensión de la fractura y determinar el plan de tratamiento adecuado.