Hablar acerca de cisticercosis y la teniasis implica conocer de mejor manera acerca de las infecciones ocasionadas por los helmintos en estado larvario y adulto del género taenia. Hay dos especies de tenia que afectan con más frecuencia a los humanos: la tenia saginata y la tenia solium.
Estos parásitos precisan de dos huéspedes para llevar su ciclo de vida al cien por ciento. Los humanos sirven como huéspedes finales para tales variedades de tenia de modo obligatorio. Como huéspedes intermedios de la tenia saginata y solium, en su fase larvaria, se presenta el ganado vacuno y el ganado porcino.
El problema sanitario de la cisticercosis
Cabe destacar que tanto la cisticercosis como la teniasis se proyectan como graves problemas sanitarios en todo el orbe. Ambas variedades de tenia derivan en enormes pérdidas financieras para los emprendedores del sector pecuario debido a la infección de los animales de granja por parte de este nocivo parásito.
Ahora bien, ¿cómo se presenta el contagio en los humanos de la teniasis? Las personas contraen teniasis intestinal al ingerir cisticercos presentes en la carne cocinada a medias o cruda de cerdos y vacas, es decir, animales de granja que sirven como huéspedes intermedios y que se encuentran infectados por los mencionados parásitos.
El crecimiento del parásito de la tenia
Bastan dos o tres meses para que las tenias adultas lleguen a tener un tamaño de varios metros. Diariamente liberan numerosos huevos en las heces. Los animales intermediarios que sirven como huéspedes se contagian de la cisticercosis con la ingestión de huevecillos de tenia que habían permanecido en las heces de los animales portadores de este parásito.
Con el tiempo los huevos maduran en el interior del intestino y permiten la aparición de parásitos en etapa embrionaria que se dispersan los músculos y otros tejidos bajo la forma de cisticercos. Cabe resaltar el riesgo que implica el contagio de T. Solium para los humanos, ya que esta condición puede derivar en una cisticercosis de funestas consecuencias. Es por ello que las atenciones médicas para combatir la tenia solium son más abundantes e importantes que las vías para combatir a la tenia saginata.
Cómo afecta la cisticercosis a los animales y las personas
En este punto vamos a comentar cuál es la relevancia veterinaria y médica de la tenia. La presencia de este parásito en los intestinos de los humanos deriva en problemas de anorexia, dolores abdominales y otras complicaciones gastrointestinales y en raras ocasiones tiene consecuencias de mayor gravedad.
La cisticercosis se presenta en prácticamente todo el planeta. Los casos de infección acontecen con mayor frecuencia en las áreas rurales de naciones en desarrollo con deficientes prácticas de higiene, en las cuales los cerdos deambulan sin control y se ponen en contacto con excremento humano. Cabe destacar que la cisticercosis y la teniasis no son tan frecuentes de contagio en personas que habitan en naciones donde no se cría ganado porcino para el consumo humano o donde los ejemplares porcinos no se ponen en contacto con el excremento humano.
Los principales síntomas de la cisticercosis
Los cisticercos pueden afectar de distintas maneras el organismo humano: en los músculos, en los ojos y en el cerebro. En el primer caso por lo general no se presentan síntomas, salvo la sensación de protuberancias debajo de la piel; en el segundo, la presencia de este parásito puede causar desde visión borrosa hasta el desprendimiento de retina, y en el tercer caso, el más riesgoso, se pueden presentar síntomas como dolor de cabeza y convulsiones. De no atenderse convenientemente la neurocisticercosis puede ocasionar la muerte de la persona contagiada.
Para combatir al parásito de la tenia y el cisticerco lo mejor es tener adecuados controles en las granjas y criaderos para la ubicación de los cerdos y reses. Es importante mantener aseadas las instalaciones de estas explotaciones pecuarias e impedir que los animales tengan contacto con las heces humanas.
Cómo prevenir el contagio de la cisticercosis
Para prevenir el contagio de cisticercosis y enfermedades similares que se contagian por la contaminación fecal hay que lavarse bien las manos tras haber ido al sanitario o haber cambiado un pañal; también hay que educar a los niños y jóvenes acerca de lo indispensable que resulta el lavado de manos para la prevención de infecciones, y también se debe lavar y pelar bien las legumbres y frutas crudas antes de su consumo.