La Coccidiosis porcina se perfila como una enfermedad de tipo parasitario que se presenta con gran frecuencia en el campo de los criaderos o granjas de porcinos. La Coccidiosis está considerada como un auténtico desafío para el negocio de la porcinocultura, en específico por los devastadores efectos que genera en el correcto desarrollo y el aprovechamiento comercial de los lechones.
La denominación que tiene este mal se usa como un nombre que engloba los síntomas y lesiones ocasionadas en los porcinos por los protozoos correspondientes a los géneros Isospora y Eimeria. Esta variedad de parásitos daña gravemente los intestinos de los cerdos, menguando su correcta absorción de nutrientes y ocasionando agudas diarreas. Todo ello, a la larga, ocasiona una disminución en la producción pecuaria que se obtenga.
Consecuencias de la infección por coccidiosis
De entre las nocivas alteraciones que se derivan de la Coccidiosis porcina hay que mencionar el desequilibrio en la uniformidad de la cama de jóvenes cerdos en su etapa lactante o justo tras el destete. El número de casos de Coccidiosis puede ser mayor en las naciones en las cuales los ejemplares se crían de modo intensivo.
Como habíamos mencionado anteriormente, las variedades de cocidia que más dañan a los ejemplares son Eimeria e Isospora, los cuales son protozoos de tipo intracelular y que son capaces de causar distintas variedades de enteritis de acuerdo con la especie.
Los cerdos en la etapa de lactancia tienen un mayor riesgo de padecer esta clase de enfermedad. Buena parte de las Coccidiosis en los jóvenes lechones es ocasionada por el Isospora suis, microorganismo que produce la coccidiosis neonatal. Esa es la razón por la cual se considera a esta variedad de la coccidiosis como la de mayor relevancia en el entorno de la porcinocultura.
Modo de transmisión de la coccidiosis
Con respecto al modo en el que se transmite la coccidiosis esto acontece cuando los animales ingieren la forma más infectiva de este parásito: los ooquistes esporulados. Estos últimos se hacen patentes en el entorno contaminado de las áreas de maternidad de las granjas o criaderos. Tales ooquistes en el ambiente derivan de lechones afectados en ciclos productivos anteriores.
Hace unos años se creía que las madres eran quienes portaban tales agentes contaminantes, no obstante, recientes estudios indican que las cerdas dispersan reducidas cantidades de este parásito, siendo los lechones los contaminantes más importantes, especialmente a través de sus heces. También son relevantes como vectores de infección animales como roedores o moscas, e incluso distintos utensilios de granja.
Instalaciones de granjas y criaderos y la coccidiosis
Cabe mencionar que los llamados ooquistes deben desarrollarse en ciertas condiciones ambientales, en especial en lo referente a la humedad, temperatura y oxigenación. Esas características se presentan justamente en las áreas de maternidad de las granjas o criaderos, lo cual propicia la esporulación y con ello el problema de la coccidiosis porcina. Lamentablemente para las personas dedicadas a la porcinocultura, los ooquistes tienen una gran resistencia y pueden hacerse presentes incluso durante un año entero, aspecto que favorece el potencial riesgo de la infección de los ejemplares.
El riesgo de contagio de la coccidiosis
Aunque el peligro de que un cerdo se contagie de coccidiosis depende de su edad y condiciones físicas generales, otros factores que también son clave en este problema son: la condición nutricional del cerdo, la presencia de otras complicaciones infecciosas en el intestino, la cantidad de ooquistes que el animal haya ingerido y por supuesto el manejo que se haga de los animales en la granja y las condiciones de higiene de los habitáculos en donde reposan los ejemplares.
Cómo combatir la coccidiosis porcina
Con respecto a la prevención y tratamiento que se debe seguir para atender a los cerdos afectados por coccidiosis, es indispensable manejar una conveniente estrategia de higiene y desinfección. Algunos especialistas recomiendan separar los distintos ciclos de producción estableciendo un vacío sanitario de aproximadamente una semana. Procediendo así es posible obtener valiosos resultados en la contención de los brotes de coccidiosis.
Ahora bien, para el caso de llevar a cabo la limpieza indispensable entre los diferentes ciclos productivos es aconsejable la utilización de vapor de agua. También es positivo desinfectar con sustancias como hipoclorito sódico y algunos compuestos de amonio. Justo después de haber limpiado los habitáculos y las áreas de maternidad, antes de permitir la entrada de los cerdos de nuevo, es necesario secar perfectamente esos espacios.