Muchas personas se deciden a realizar actividades agropecuarias como una opción laboral. Con frecuencia se anima alguien más a dedicarse a la cría de animales de granja como una alternativa de vida. Se trata de un campo de actividades productivas sumamente noble, si bien es preciso contar con la asesoría de expertos tanto en el cuidado de los animales de la granja, como también el veterinario que los atiende.
Los beneficios que se obtienen de ello son enormes para la buena marcha de un proyecto relacionado con la cría de ganado, o de las aves de corral. Para obtener buenos dividendos en este rubro productivo se hace necesario mantener un control minucioso de las enfermedades que se presentan con más frecuencia en esta clase de ambientes. Por ejemplo, la alimentación que siguen los pavos o guajolotes incluye moscas, garrapatas, mosquitos y otros insectos. Desconocer un detalle así, a la larga solo nos causará dificultades para tener a nuestros ejemplares saludables y aprovechables para fines productivos.
La importancia del veterinario
De allí la relevancia de contar con la asesoría de un experto veterinario que nos guíe paso a paso en los cuidados y estrategias que se deben seguir para mantener una crianza adecuada de las aves de corral y los animales de granja en general. Otros puntos que se deben tener presentes con respecto a los pavos o guajolotes que se crían en las granjas, son los siguientes: los pavos que son de raza suelen crecer de modo muy pausado, tienen un desarrollo notablemente lento, sin embargo, el aprovechamiento de su carne resulta muy satisfactorio por la gran calidad que tiene. Son detalles que se deben tener presentes en este giro productivo, pero siempre teniendo presente que la salud de los animales es algo esencial.
En efecto, criar aves de granja y en especial guajolotes requiere de aplicar cuidados de tipo preventivo para conservar la salud del ejemplar y también para que la bioseguridad de la granja o criadero sea la óptima. Pero hay otras medidas y prácticas que podemos llevar a cabo para optimizar el mantenimiento de nuestro criadero, en especial en lo que se refiere a sus niveles de higiene y bioseguridad.
La valía de la prevención
La prevención es un punto clave al respecto. Es preciso estar al pendiente de dos factores de riesgo para el bienestar de los pavos de la granja. El primero de ellos se refiere a los insectos y roedores, por una parte, y por el otro, a las aves silvestres, ya que pueden contagiar a los pavos de nuestra granja de distintos males infecciosos. Para proteger a los guajolotes de la actividad de ácaros, pulgas, mosquitos y moscas, es conveniente utilizar insecticidas especiales para ser utilizados en esta clase de instalaciones. Hay algunos productos que nos permiten limpiar y desinfectar al mismo tiempo, al ser aplicadas en los espacios que deseamos proteger.
Para que las aves de corral no sean atacadas por los roedores, lo mejor es cercar adecuadamente el espacio que ocupen los animales en el criadero o la granja. De ese modo impediremos que ingresen en esa zona y disminuiremos los riesgos de que contagien de graves enfermedades a los guajolotes que allí se encuentren. También en este caso es posible hallar cebos para eliminar roedores nocivos que, por tener un amargo sabor, alejan a otros animales de la granja o a otras personas y así evitamos cualquier caso de intoxicación.
La necesidad de la higiene
Por lo que se refiere a los niveles de higiene que se deben mantener en las instalaciones donde se críen a los pavos y demás aves de corral, hay que observar aspectos también importantes. La higiene que se debe tener en los espacios donde permanecen las aves, debe ser extrema. Por ejemplo, la cama de los pavos debe ser protegida de la humedad para que no surjan hongos y bacterias. Cada cierto tiempo se debe limpiar y desinfectar las instalaciones de la granja utilizando para ello productos especiales que se consiguen en las mejores farmacias veterinarias.
Si se presentan casos de infección en la granja, se debe tener una extrema vigilancia, retirando cuando sea necesario los pavos enfermos o muertos, usando para ello botas y guantes de hule. Resulta esencial que la enfermedad no se extienda a otras zonas de la granja o criadero.