Los cuidados de los terneros comienzan ya desde antes de que nazcan, ofreciendo a las vacas encinta un manejo óptimo. Los fetos ganan la mitad de su peso corporal en los últimos tres meses de gestación. De allí que sea indispensable ofrecerles a las vacas preñadas, especialmente durante este periodo, una dieta con los nutrientes indispensables para garantizar el adecuado desarrollo de las crías.
Si la dieta no es la adecuada para las vacas preñadas, si su alimentación tiene carencias nutricionales, estas hembras bovinas usaran sus reservas corporales para beneficiar a sus crías.
La anterior referencia debe llevarnos a meditar con mayor profundidad acerca de la importancia que tiene el manejo animal para el bienestar de mascotas y animales de cría.
Manejo animal y cunicultura responsable
Parásitos como el Toxoplasma gondii y el Encephalitozoon cuniculi. Ambos son capaces de producir en el conejo una disminución en la movilidad de sus patas traseras, al grado de casi no poderlas desplazar.
Los conejos afectados por esta condición por lo general exhiben un sistema inmunológico bastante debilitado. Por lo general no reciben una adecuada alimentación y no son desparasitados con la debida frecuencia. Aunado a la pérdida de movilidad el animal puede exponer el abdomen hinchado, duro y bastante adolorido.
Por lo que se refiere a la inmovilidad en el conejo por estrés, ello puede evitarse con un manejo adecuado en los criaderos y granjas enfocados a la cunicultura. También hay que atender indicios de que los conejos experimentan estrés acentuado como mover mucho las orejas o rascarse de intensa manera.
Manejo animal y cría de ganado porcino
Para el establecimiento de eficaces estrategias de bioseguridad en granjas y criaderos porcícolas, es prioritario conocer los modos más frecuentes por los cuales una enfermedad ingresa en un espacio pecuario.
Tomando en cuenta esta clase de riesgos para la salud y bienestar físico de los ejemplares, algunas acciones que pueden llevarse a cabo para optimizar la bioseguridad son los siguientes:
Disminuir la cantidad de acceso a hembras de renovación lo más posible. Y si tienen que ingresar hembras es preciso que realicen cuarentena en un espacio aislado y realizar chequeos de manera previa a su ubicación con los demás ejemplares de la granja.
Mejorar el ingreso de camiones con alimento por medio del control remoto y al momento de las existencias de pienso y otros productos nutricionales para los ejemplares. También es preciso controlar y reducir lo más posible el acceso de vehículos que ingresan a ese negocio pecuario.
Estrés calórico, manejo animal y ganado bovino
Los medios más recomendables de combatir el estrés calórico son: alteración física del medio ambiente, mejorar las razas genéticamente para que sean más resistentes a los cambios ambientales y también ofrecerles una mejor alimentación a nuestros animales de granja.
En lo tocante al estrés nutricional, una de sus causas principales es la falta de bebida y alimento suficiente. Por ejemplo, en el caso de los bovinos, esta carencia ocasiona alteraciones en la correcta dinámica del flujo sanguíneo de los animales.
Todo ello hace que órganos internos como los ovarios, oviductos y el útero, entre otros, reciban menos nutrientes y por lo tanto operen de un modo insuficiente, dañando la salud de los bovinos afectados por este problema sanitario. Las vacas que padecen estrés nutricional difícilmente nos ofrecerán una óptima producción de leche y también experimentarán problemas reproductivos.
Es tiempo de comentar acerca del estrés por manejo. Es una dificultad en la salud de los animales de granja causada por la interacción que tienen con los empleados que atienden el lugar. En efecto, los malos tratos y una atención insuficiente por parte de sus cuidadores pueden hacer que los animales de granja, en especial el ganado, experimenten mecanismos biológicos que afecten por completo la producción deseada. Por ejemplo, el uso de la picada eléctrica es un agente debilitador de la dinámica reproductiva de las vacas.
Manejo veterinario y bienestar animal
Por lo consiguiente, cada manejo que el veterinario realice de la mascota va a precisar de un nivel distinto de inmovilización, con el propósito de impedir molestias excesivas a la mascota, pero, al mismo tiempo, garantizando la seguridad del dueño del perro y del veterinario.
Inmovilizar a un perro por el medio que mejor convenga- por ejemplo, calmándolo con la voz, utilizando accesorios especiales o valiéndose de recursos farmacológicos-, es preciso siempre que el animal presente el riesgo de lastimarse o lastimar a los animales y personas que las rodean.
Es importante conocer cuándo está indicado inmovilizar a una mascota en un entorno veterinario.