La mejor manera de lograr un adecuado manejo del ganado bovino en los ambientes pecuarios es tener un conocimiento suficiente del modo de actuar de los ejemplares. Es indispensable saber acerca de las necesidades que tienen los bovinos cotidianamente y de las mejores vías para solventarlas. Acerca de ello comentaremos con mayor detalle en las líneas que siguen.
Ofreceremos algunas pautas para lograr a través de una aproximación a la etología vacuna, un eficiente manejo de los animales y los indispensables cuidados veterinarios, los mejores rendimientos pecuarios.
Qué es el comportamiento alelomimético en las vacas lecheras
De entrada, conviene conocer en qué consiste el llamado comportamiento alelomimético de los bovinos. Se trata de un comportamiento que se presenta entre dos ejemplares que realizan lo mismo a la vez, debido a cierto nivel de estimulo mutuo.
El comportamiento alelomimético en las reses, vacas, toros, terneros, etc; tiene como función básica preservar al conjunto social y ofrecer seguridad a los animales. De manera que, cuando un animal percibe algún riesgo todos los ejemplares se muestran afectados como una respuesta a ese comportamiento inicial. En muchas circunstancias, por medio de este modo de actuar, los bovinos se mantienen protegidos de animales depredadores y otros eventos que les represente algún peligro.
Qué es el fenómeno de facilitación social en las poblaciones bovinas
Así entonces, cuando los bovinos se estimulan unos a otros, se genera el fenómeno conocido como “facilitación social”. Los expertos en etología definen a esta noción como el aumento de las actividades realizadas en una población animal por la presencia mutua.
Por ejemplo, cuando los bovinos se alimentan en grupo, se alimentan más que cuando comen por separado. Así también, cuando se encuentran concentrados masivamente, los ejemplares sienten un menor temor y por lo tanto, tienen una vivencia de mayor satisfacción y bienestar físico. Ello por supuesto repercute positivamente en su salud y aprovechamiento pecuario.
Caso contrario es cuando un ejemplar se encuentra aislado, tiene temor constante y sufre depresión, lo cual se perfila como un severo problema en el apartado productivo, principalmente en lo que se refiere a las vacas lecheras.
La necesidad de abrigo en las poblaciones bovinas
Para conseguir un manejo animal de excelencia, además de contar con la constante asesoría de un veterinario, es importante conocer acerca de la necesidad de abrigo de las poblaciones bovinas.
Algunas veces los ejemplares consiguen sombra de los cuerpos de otros bovinos y otras veces obtienen sombra en la proximidad de árboles o en las instalaciones de granjas y criaderos.
Tomando en cuenta sus circunstancias, los bovinos optan por concentrarse en el entorno más benéfico para su comodidad. No obstante, esto no siempre sucede así. El tipo de abrigo que prefieren los bovinos depende del ambiente al cual se han tenido que adaptar como especie.
Como es el comportamiento de los ejemplares durante el ordeño
Por lo general, el comportamiento de las vacas durante el ordeño es sincronizado y calmo. Esta situación puede cambiar de un momento a otro si se presenta un elemento que estimule negativamente a las vacas, en tanto que les producirá miedo o rechazo a entrar en los espacios de ordeño.
El comportamiento que tengan las vacas durante esta actividad pecuaria dependerá de la destreza y la personalidad de la persona encargada del ordeño, de vivencias pasadas que hayan tenido las vacas, de la interacción del animal con el ambiente y hasta de condiciones genéticas que determinen sus reacciones ante determinados estímulos.
El comportamiento social en los bovinos y el manejo animal
Algo que afecta bastante el ambiente social de los ejemplares tiene que ver con las técnicas de manejo empleadas en criaderos y granjas. Por lo general, los bovinos suelen alterarse cuando se presenta un aumento poblacional significativo, considerando la densidad poblacional que se presenta normalmente en un espacio de cría.
En este sentido, las aportaciones humanas de aquellos recursos por los cuales los bovinos suelen competir en circunstancias normales como el apareamiento o la alimentación, reducen bastante los posibles conflictos que se presenten entre los animales.
Lamentablemente no siempre es posible evitar ciertas confrontaciones entre los ejemplares y es algo que termina por afectar el bienestar de los bovinos y su posterior aprovechamiento comercial.