Uno de los microorganismos que más afectan a las vacas lecheras es el Mycoplasma Bovis, mismo que forma parte del grupo de los Mollicutes. Es un germen que se define por carecer de pared celular, aunque sí tiene una membrana plasmática de bastante complejidad.
Al hablar de Mycoplasmas debemos pensar en bacterias bastante minúsculas que no tienen pared celular y que, por exhibir una escasa capacidad de biosíntesis, debe mantener un estrecho vínculo con las células de los animales a los cuales están parasitando. Sólo de esa manera podrán garantizar su sobrevivencia.
Características de Mycoplasma Bovis
Las bacterias de Mycoplasma Bovis se localizan habitualmente en las glándulas mamarias de los bovinos, en el área gastrointestinal y en las mucosas conjuntival, urogenital y respiratoria. Por otra parte, algunas de las consecuencias de la infección por Mycoplasma Bovis en las vacas lecheras son la artritis, la meningitis, la otitis, complicaciones reproductivas y enfermedades respiratorias.
En las naciones latinoamericanas se tienen registros de casos de terneros con Mycoplasma desde hace más de tres décadas, aunque han sido más recientes los reportes de ejemplares afectados con mastitis bovina, los cuales, al ser examinados revelaron la presencia de la bacteria Mycoplasma Bovis. Cabe destacar que este germen también tiene importante presencia en granjas y criaderos de Europa y los Estados Unidos.
Cómo se deben combatir los casos de Mycoplasma Bovis
Para ensayar una estrategia de control de cualquier enfermedad en una explotación pecuaria, es indispensable manejar la prevención y la mitigación de los factores que más predisponen a la ocurrencia de estas infecciones. Por lo consiguiente, es indispensable identificar ciertas señales que nos pueden indicar si las vacas de nuestro emprendimiento pecuario están siendo afectadas por la bacteria Mycoplasma Bovis.
La enfermedad ocasionada por el microorganismo Mycoplasma Bovis se hace patente por la artritis, otitis media y neumonía. En muchos de estos casos tales manifestaciones se presentan en conjunto. Síntomas o cuadros como los mencionados se hacen patentes por lo general entre las dos y las seis semanas de edad, si bien se han detectado casos que apenas a los cuatro días del contagio se presentan los problemas.
Por otra parte, debemos contar con la asesoría de un veterinario experimentado para identificar los síntomas asociados con la enfermedad producida por Mycoplasma Bovis de otras distintas. La sintomatología asociada a esta última incluye tos, flujo nasal, hambre escasa, disnea, taquipnea y fiebre. Esta clase de síntomas suelen derivar en problemas crónicos, capaces de producir una debilitación extrema en el ejemplar afectado y con escasa respuesta a las terapias aplicadas. Lo anterior termina por producir ejemplares afectados por una intensa disnea y por un muy limitado aumento de peso.
Síntomas relacionados con los casos de Mycoplasma Bovis
En años recientes, en el norte del continente americano se ha presentado un incremento notable en los casos de otitis media que muy probablemente han sido producidos por la bacteria Mycoplasma Bovis. Las manifestaciones clínicas relacionadas con estos casos son bastante evidentes: depresión, apetito escaso, fiebre e intenso dolor.
Este último se revela cuando el animal se frota las orejas, se rasca o cuando agita la cabeza con más frecuencia de lo normal. También se pueden observar las orejas caídas y otros indicios relacionados con la parálisis de los nervios faciales. Em ciertos casos de enfermedad producida por Mycoplasma Bovis incluso llegan a presentarse descargas purulentas en el canal auditivo del ejemplar contagiado.
Enfermedades asociadas con el Mycoplasma Bovis
Una relación especialmente grave e importante de atender en las vacas lecheras es la artritis y la infección por Mycoplasma Bovis. La artritis puede presentarse en ejemplares de cualquier edad y con escasa frecuencia en bovinos enfermos de mamitis o de neumonía. En los criaderos pecuarios se han reportado casos de artritis y del síndrome de neumonía acrítica.
El microorganismo Mycoplasma Bovis llega a las articulaciones a través de una vía hematógena. Los síntomas asociados con este cuadro son fiebre en la etapa más aguda del problema, cojera de distinta intensidad y articulaciones hinchadas. Con frecuencia en estos casos se presenta una muy escasa respuesta a los tratamientos veterinarios aplicados para mitigar estos síntomas.
Conviene añadir también que el microorganismo Mycoplasma Bovis ha sido detectado y aislado en ejemplares vacunos de las más variadas edades y fases lactantes, incluso en vacas secas y novillas.