Se trata de un caso que motiva angustia y nerviosismo en los propietarios de perros mascota. Es un problema en la salud canina cuyos síntomas provocan una gran preocupación e impotencia en las personas que cuidan a los canes. Resulta frustrante no saber cómo actuar ante los ataques epilépticos en los perros. Debido a que en muchas ocasiones el desenlace suele ser funesto, es aconsejable conocer los detalles relacionados con este tema.
En efecto, mencionaremos en lo que sigue los factores que propician los ataques epilépticos en los canes, los principales síntomas que exhiben, los tratamientos más recomendables para hacerle frente a la epilepsia y que se debe hacer en caso de que se presencie uno de estos eventos.
Causas de la epilepsia canina
Lo primero es dejar en claro de lo más importante: si nuestra mascota sufre algún ataque de epilepsia, hay que llevarla inmediatamente al médico veterinario. Solo este especialista puede determinar las causas de estos eventos. Cabe señalar que no solo la epilepsia es capaz de producir tales ataques. Por eso es imprescindible que sea el veterinario quien realice los análisis para obtener el diagnóstico más adecuado.
En cuanto se ha obtenido la certeza de que nuestro perro tiene epilepsia, esta enfermedad queda definida como un trastorno de tipo recurrente y convulsivo que puede ser de dos tipos principales: epilepsia idiopática o epilepsia adquirida.
Tipos de epilepsia canina
Por lo que se refiere a la primera, no se sabe a ciencia cierta que es lo que la produce, aunque se piensa que está vinculada a desequilibrios en ciertas sustancias químicas relacionadas con las transmisiones de pulsiones eléctricas en la masa encefálica. Por lo general es epilepsia de tipo idiopática la que afecta a perros jóvenes aún, es decir, con una edad menor a los cinco años.
En lo referente a la epilepsia adquirida, es una enfermedad que sí tiene un origen bien definido. En este caso suele aparecer por cicatrices detectables en el cerebro, complicaciones en el hígado o en el sistema nervioso, principalmente en los perros de edad avanzada. En otros casos, la epilepsia canina es heredada y eso se hace patente en razas caninas como pastor alemán, teckel o beagle.
Razas más propensas a padecer epilepsia canina
Otras de las razas que tienen más tendencia a padecer epilepsia, aunque sin identificar su tipo, son el San Bernardo, caniche, cocker spaniel, husky siberiano y schnauzer mini.
Algo que define a la epilepsia canina es que los ataques van haciéndose más intensos y frecuentes conforme pasa el tiempo. Un ataque epiléptico canino se presenta con las siguientes fases:
En primer lugar, tenemos gemidos, nerviosismo, búsqueda de lugares donde esconderse.
Posteriormente se presentan convulsiones. El animal estira las patas y las mantiene rígidas. Luego queda inconsciente y sin respiración durante algunos segundos. A continuación, el can mueve las patas como si corriera. En algunos casos pueden presentarse defecaciones, salivación extrema, micciones y movimientos en el hocico como si masticara.
A continuación, tenemos una fase posconvulsiva en la que el can recupera la conciencia, aunque se mantiene con escasa orientación. Es entonces que puede golpearse con los muebles como si no pudiera ver. Tal condición puede prevalecer durante varios minutos u horas.
Cómo proceder ante los ataques epilépticos caninos
Pero entonces, ¿cómo actuar ante estos eventos? Si nuestra mascota sufre un ataque así en un sitio en el que pueda lastimarse hay que colocarlo en un sitio más seguro. En caso contrario: si ese lugar no ofrece riesgos, lo mejor es dejar allí al perro hasta que se recupere. No hay que tocar al animal durante esa crisis, ni en el periodo posterior. No hay que colocarle objetos en la boca o entre los dientes para impedir que se muerda. Una vez que el ataque concluya hay que llevar al perro con el veterinario.
Si la crisis se extiende por más de cinco minutos es un caso considerado como de extrema urgencia y se requiere el apoyo inmediato de un especialista. Casos así son considerados como graves, en los que el perro corre el peligro de morir.
Para tratar la epilepsia canina hay distintos fármacos que tienen como meta reducir la frecuencia e intensidad de los ataques. No obstante, la aplicación de los mencionados medicamentos puede tener efectos secundarios como la sedación del animal.